Francia en 1899 predijo trenes eléctricos y videollamadas

Artistas franceses anticiparon inventos como robots aspiradores y videoconferencias en ilustraciones para la Exposición Mundial de 1900, mezclando aciertos con ideas extravagantes.
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Aula con estudiantes usando cascos conectados a una máquina.
Una ilustración que muestra un aula en el futuro donde los estudiantes aprenden a través de cascos conectados a una máquina operada por un docente.

Francia imaginó en 1899 trenes eléctricos, videollamadas y robots aspiradores

Artistas franceses predijeron inventos como la Roomba o las videoconferencias. Sus ilustraciones para la Exposición Mundial de 1900 mezclaron aciertos tecnológicos con ideas estrambóticas. Las tarjetas, olvidadas durante 75 años, revelan cómo se concebía el futuro en la Belle Époque.

«Una mirada retro al mañana»

El juguetero Armand Gervais encargó en 1899 a artistas como Jean-Marc Côté una serie de ilustraciones sobre el año 2000. «Su enfoque combinaba problemas cotidianos con la tecnología de la época», desde trenes magnéticos hasta máquinas de coser automáticas. Acertaron en dispositivos como los robots aspiradores, pero fallaron en otros como «bares submarinos con escafandras».

Movilidad futurista

Los diseños incluían un tren eléctrico París-Pekín con levitación magnética y autobuses anfibios. Aunque ignoraron los aviones comerciales, anticiparon patines eléctricos similares a los actuales monopatines.

Comunicación avant-garde

Predijeron equivalentes a las notas de voz y videollamadas, usando gramófonos y proyectores. «La videoconferencia requería un operario, pero la esencia era sorprendentemente precisa».

De la Roomba a Matrix

Entre los aciertos destacan una máquina similar a una impresora 3D para confeccionar ropa y robots para construcción o peluquería. En el lado absurdo, idearon «una trituradora de libros que instalaba conocimiento en niños» y cafés submarinos con techos innecesarios.

Un futuro en el sótano

Las tarjetas, olvidadas tras la muerte de Gervais, fueron rescatadas en los años 70 por el escritor Isaac Asimov. Hoy se conservan en la Biblioteca Nacional de Francia, donde muestran «la creatividad y limitaciones de la imaginación decimonónica».

Lecciones de paleofuturo

Las ilustraciones demuestran que la predicción tecnológica depende del contexto histórico. Mientras algunos inventos anticiparon realidades actuales, otros reflejaban fantasías propias de la era industrial temprana.