Marco Rubio asume como asesor de Seguridad Nacional de Trump
El secretario de Estado suma su cuarto cargo clave en la administración. El exsenador, antes crítico de Trump, ha ganado influencia al alinearse con sus políticas. Asumió el puesto interino tras la salida de Mike Waltz.
«De ‘Li’l Marco’ a hombre clave»
Rubio, quien en 2016 fue ridiculizado por Trump como «Li’l Marco», ahora es visto como un «solucionador de problemas», según el presidente. Ocupa cuatro roles simultáneos: secretario de Estado, asesor interino de Seguridad Nacional, administrador interino de USAID y archivista interino de EE.UU. Su ascenso refleja una adaptación estratégica a las demandas de Trump y su base MAGA.
Claves de su ascenso
Rubio ha abandonado posturas anteriores, como su firme apoyo a Ucrania o su defensa de sanciones a dictaduras, para alinearse con Trump. «Ha convertido sus propias ideas en política exterior para servir al presidente», señaló un experto del Carnegie Endowment. También ha recortado programas de derechos humanos, considerados «woke» por la base MAGA.
Rivalidades y maniobras
Aunque compite con figuras como Tulsi Gabbard (DNI) o Steve Witkoff (enviado especial), Rubio ha mantenido alianzas clave, como con la jefa de Gabinete Susie Wiles. Además, ha frenado propuestas radicales, como los recortes impulsados por Elon Musk en el Departamento de Estado.
De halcón a pragmático
Rubio pasó de ser un republicano intervencionista a presionar a Ucrania para negociar con Rusia y aceptar el ascenso de China. «La política exterior debe centrarse en el interés nacional», declaró al asumir en el Departamento de Estado. También ha aplicado con firmeza las políticas antiinmigración de Trump.
El fantasma de Kissinger
Expertos advierten riesgos en acumular ambos cargos, como ocurrió con Henry Kissinger en los 70. Funcionarios del Departamento de Estado temen que el NSC absorba sus funciones. «Es difícil estar en dos lugares a la vez», dijo un exdiplomático.
Un ascenso con costes
Critican que Rubio ha sacrificado sus principios por influencia. «Se ha convertido en un vasallo de Trump», afirmó un exembajador. Sus defensores destacan su habilidad para «navegar en un pozo de serpientes» y ejecutar la agenda presidencial.
El reto de la doble función
Rubio enfrenta el desafío de equilibrar viajes diplomáticos con la cercanía que exige el NSC. Su desempeño definirá si el cargo interino se hace permanente. La experiencia de Kissinger muestra que acumular poder puede generar tensiones institucionales.