Choquehuanca impulsa segunda fase del «proceso de cambio» y critica divisiones
El vicepresidente boliviano pidió unidad en el MAS y admitir errores. Lo hizo durante el acto del Día del Trabajador en Tarija, donde alertó sobre riesgos para las «conquistas del pueblo». Criticó egoísmos internos y advirtió contra el retorno de la «vieja casta».
«No podemos permitir que nuestras conquistas se diluyan»
David Choquehuanca, en un discurso con tono electoral, denunció «egoísmos individualesintereses mezquinos» dentro del Movimiento Al Socialismo (MAS). Afirmó que estas actitudes ponen en riesgo el modelo político iniciado en 2006 y llamó a evitar el regreso de lo que calificó como «la vieja casta colonial, republicana y neoliberal».
Reformas pendientes y autocrítica
El vicepresidente señaló que la segunda fase del «proceso de cambio» exige «madurez política». Entre las tareas urgentes mencionó la reforma judicial, la territorialización del poder y un modelo económico basado en industrialización y derechos indígenas. «Es momento de reconocer lo que hemos hecho mal y lo que hemos hecho bien», admitió.
«Un grito de alerta» en el Primero de Mayo
Choquehuanca vinculó su mensaje a la conmemoración laboral, destacando que el acto no era solo simbólico sino una llamada a la acción. Asistieron el presidente Luis Arce, el líder de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi, y autoridades locales. Subrayó la necesidad de un «horizonte cosmo-biocéntrico» para superar prácticas extractivistas.
Un proceso que busca consolidarse
El «proceso de cambio» iniciado por Evo Morales en 2006 transformó Bolivia con nacionalizaciones, reconocimiento indígena y redistribución económica. Sin embargo, enfrenta desafíos como divisiones internas en el MAS y presiones sociales. Choquehuanca insistió en evitar que se reviertan las reformas.
El futuro dependerá de la cohesión
El discurso refleja la estrategia del oficialismo ante las próximas elecciones, combinando autocrítica con advertencias sobre un posible retroceso. La capacidad del MAS para mantener su hegemonía dependerá de resolver sus tensiones internas y avanzar en reformas pendientes, especialmente en justicia y economía.