Clientes dejan 5 euros de propina en cuenta de 1.000 euros

Una celebración de 22 personas dejó menos del 1% de propina en un hotel, generando críticas por la mezquindad de algunos clientes pese a servicios personalizados.
ZEIT ONLINE
Cama con sábanas blancas y un cubo metálico con una botella en el interior.
La imagen muestra una cama bien hecha en tonos blancos con un cubo metálico que contiene una botella.

Hotelera denuncia que clientes dejan solo 5 euros de propina en cuenta de 1.000 euros

Una celebración de 22 personas dejó menos del 1% de propina. Heike Albertin, dueña de un hotel, critica la mezquindad de algunos clientes pese a servicios personalizados. Ocurrió en abril de 2025 en su establecimiento, donde el equipo reparte las propinas equitativamente.

«El equipo se sintió defraudado»

Albertin relata cómo una fiesta de cumpleaños con menú de tres platos y «extras» como opciones veganas culminó con una propina simbólica. «Los camareros estuvieron horas atendiendo caprichos», explica. La dueña destaca que estas gratificaciones son vitales para su personal, que las usa para pequeños lujos.

Contraste entre generosidad y tacañería

Mientras algunos clientes, como una pareja que dejó 30 euros por un café, son aplaudidos, otros «reclaman hasta el último céntimo». La hoteler a advierte que las propinas han disminuido respecto a años anteriores, pese a que su hotel las redistribuye incluso al personal de limpieza.

Un gesto que vale más que el dinero

En el sector hotelero alemán, las propinas son un complemento salarial no obligatorio pero tradicional. Albertin subraya su papel como reconocimiento al esfuerzo: «Es una forma de valorar el trabajo invisible», como el de cocineros o camareros que adaptan menús.

¿Se está perdiendo la cultura de la propina?

El caso refleja una tendencia creciente: clientes que reducen o eliminan este extra. Para Albertin, la equidad en su reparto mantiene la motivación del equipo, pero episodios como el de la fiesta generan desánimo. La profesional insiste en que, aunque no es obligatoria, «marca la diferencia» para quienes dependen de ella.