China levanta sanciones a eurodiputados para reanudar negociaciones comerciales con la UE
Beijing retirará las medidas contra cinco legisladores críticos con sus políticas. La decisión, confirmada por una fuente del Parlamento Europeo, busca desbloquear el diálogo comercial en un contexto de tensiones globales. Se anuncia horas antes de una reunión clave este miércoles.
«Un gesto necesario, pero insuficiente»
La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, informará a los líderes políticos sobre el levantamiento de sanciones impuestas en 2021. Los eurodiputados sancionados, entre ellos el francés Raphaël Glucksmann, mantienen sus críticas a las violaciones de derechos humanos en China. «Los hechos no cambian con esto», declaró Glucksmann, citando deportaciones masivas y trabajo forzado en Xinjiang.
Obstáculos persistentes
Bernd Lange, responsable de comercio internacional en el Parlamento, advirtió que la política industrial china «distorsiona mercados» y genera sobrecapacidad. Exigió discutir las barreras de acceso al mercado chino, pese al avance diplomático.
Trump como catalizador
La medida se produce tras los aranceles impuestos por EE.UU. a China, que han acelerado las negociaciones comerciales de la UE con terceros países. La incertidumbre global ha acercado a Bruselas y Beijing, pese a sus diferencias en derechos humanos y competencia económica.
Un acercamiento con cautela
La UE y China han intensificado contactos, incluyendo la visita del presidente español Pedro Sánchez a Xi Jinping en abril. Una cumbre bilateral está prevista para julio, aunque la misión china en Bruselas no ha comentado el levantamiento de sanciones.
De la confrontación a la mesa de negociación
Las sanciones a los eurodiputados (entre ellos alemanes y un búlgaro) paralizaron durante años el diálogo formal. El Parlamento Europeo condicionaba cualquier contacto a su retirada, mientras Beijing rechazaba ceder ante las críticas a su tratamiento de minorías como los uigures.
¿Tregua o estrategia?
El gesto chino abre la puerta a negociaciones comerciales, pero las tensiones estructurales persisten. La UE busca equilibrar sus intereses económicos con la presión por derechos humanos, en un escenario marcado por la guerra comercial global.