Bolivia destina Bs 300 millones para cultivo de soya en La Paz y Beni

El gobierno boliviano lanzó un programa de Bs 300 millones para impulsar el cultivo sostenible de soya en La Paz y Beni, con meta de 200.000 hectáreas hasta 2030.
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Mano sosteniendo granos de soja con hojas verdes en un campo.
Una imagen detallada de una mano sosteniendo granos de soja en un campo mientras se aprecia el follaje verde.

Gobierno boliviano destina Bs 300 millones para impulsar cultivo de soya en La Paz y Beni

El programa busca desarrollar 200.000 hectáreas hasta 2030. El gabinete ministerial aprobó el decreto este 30 de abril, como parte de la estrategia «Marcha al Norte» para convertir estas regiones en polos agroindustriales.

«Soya sostenible para el occidente del país»

El presidente Luis Arce presentó el «Programa Nacional de Establecimiento y Fortalecimiento de la Base Productiva Primaria del Cultivo de Soya», que prioriza prácticas agrícolas responsables. «No solo potenciaremos la economía local, sino también el cuidado ambiental», afirmó. El ministro Yamil Flores destacó que 61.000 hectáreas comenzarán a cultivarse en siete municipios, con posibilidad de expandirse.

Inversión y alcance

Los Bs 300 millones forman parte de un total de Bs 1.300 millones destinados a industrias nacionales, según Arce. Flores subrayó que «la soya paceña y beniana garantizará alimentos para el occidente», reduciendo la dependencia del oriente. La meta es abastecer a las industrias locales con materia prima.

La «Marcha al Norte» toma forma

El plan responde a la estrategia gubernamental de desarrollo en regiones históricamente relegadas. El norte de La Paz y Beni serán los nuevos ejes agroindustriales, con enfoque en integración territorial y generación de empleo. «La industrialización ya no es una promesa, es una realidad», insistió Flores.

De la siembra a la mesa

Bolivia busca consolidar su autosuficiencia en soya, un cultivo clave para la cadena alimentaria e industrial. El programa, alineado con políticas de seguridad alimentaria, enfrenta el reto de escalar la producción sin afectar ecosistemas frágiles.

Un cultivo que mira al futuro

El éxito del plan dependerá de su ejecución técnica y adopción por parte de los productores. Si se cumplen las metas, Bolivia podría reducir importaciones y dinamizar economías regionales en la próxima década.