Venezolanos priorizan economía navideña pese a despliegue militar de EE.UU.
El bolívar perdió un 84,8% de su valor frente al dólar en 2025. La cotización oficial pasó de 52,02 a 342,93 bolívares por dólar. Comerciantes y compradores en Caracas reportan mucha afluencia pero pocas ventas en una Navidad atípica.
Economía domina la preocupación ciudadana
Comerciantes en mercados populares como Quinta Crespo describen una dinámica de “mucha gente, pero pocas ventas”. María Da Silva, vendedora con 40 años en el mercado, explica que los clientes compran “en pequeñas cantidades para que rinda el dinero”, como ingredientes para hallacas por gramos. Ella misma ha reducido gastos, sin preparar hallacas y solo dando regalos a sus nietos.
Múltiples tasas de cambio distorsionan los precios
Los precios varían según la moneda de pago. Existe un tipo de cambio oficial del BCV y un mercado paralelo. Yueskerlys Pérez, vendedora de ingredientes, indica que “si nos piden cuánto le ponemos al dólar, se le pone más económico”. Rafael Ayola, vendedor de juguetes, ofrece promociones en divisas pero también acepta bolívares “a una buena tasa”.
Despliegue militar genera una preocupación secundaria
Consultados por el impacto del despliegue militar estadounidense en el Caribe, varios actores minimizan su efecto inmediato. La vendedora Zulay Salazar asegura que la gente “no le hace caso” al tema ahora. Yetzenia Zambrano, compradora, opina que el conflicto tiene más impacto “en lo mental” que económico, por el miedo a un posible bloqueo.
Antecedentes: Una Navidad decretada en octubre
La temporada navideña en Venezuela comenzó el 1 de octubre por orden del presidente Nicolás Maduro. Esto ocurrió en un contexto de despliegue militar de EE.UU. en aguas próximas al país, una tensión que, según el texto, no captura la atención principal de la ciudadanía.
Cierre: La resiliencia frente a la crisis cotidiana
La situación describe una población adaptada a una crisis económica prolongada. Los venezolanos enfrentan la presión de las compras navideñas manejando múltiples monedas y tipos de cambio, una práctica que Yetzenia Zambrano define como “el día a día” en el país.