Joanna Macy fallece a los 96 años tras convertir la desesperación en acción
La pensadora estadounidense falleció el 19 de julio de 2025. Desarrolló el ‘Trabajo que Reconecta’, un marco de prácticas grupales para transformar el dolor ecológico en responsabilidad compartida. Su enfoque, basado en el budismo y la ecología profunda, rechazaba el optimismo superficial.
La desesperación como punto de partida
Joanna Macy argumentó que la desesperación ante las amenazas ecológicas o nucleares no era una debilidad, sino una evidencia de cuidado. Su premisa era que el dolor por el mundo es una medida de conexión. Rechazaba la idea de que negar estos sentimientos ofreciera protección, pues conducía a la parálisis.
El marco del Trabajo que Reconecta
Desarrolló un conjunto de prácticas de grupo para nombrar colectivamente el miedo, la pena y la ira. Este trabajo, usado en talleres en varios continentes, no era terapia. Su estructura incluía gratitud, reconocimiento del sufrimiento, un cambio de perspectiva y un regreso a la acción. El objetivo era restaurar un sentido de conexión y agencia.
De las armas nucleares a la crisis climática
Su trabajo comenzó en la era de la Guerra Fría, observando lo que llamó entumecimiento psíquico ante la amenaza nuclear. Con el tiempo, el cambio climático se convirtió en la principal amenaza existencial. Macy mantuvo su enfoque en la atención plena, insistiendo en que la esperanza era una práctica, no un optimismo sobre resultados.
Un legado de atención activa
Macy habló de una posible transición hacia una sociedad que sostenga la vida, la llamó el Gran Giro. Enseñó que la honestidad emocional era un requisito para la acción ambiental. Su disciplina ofrecía una tercera vía frente al pánico o la distracción: mirar de frente lo que sucede y decidir cómo responder juntos. Los talleres continúan tras su retiro en sus 90 años.