El Searpi necesita 320 millones para diques, pero solo tiene 9 millones asignados
El Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regularización del Río Piraí (SEARPI) requiere al menos 320 millones de bolivianos para reforzar los diques de contención en las cinco principales cuencas del departamento de Santa Cruz. Sin embargo, su Plan Operativo Anual (POA) solo tiene asignados 9 millones. Esta situación se da bajo una nueva alerta roja por crecida de ríos en tres departamentos.
Brecha financiera en infraestructura crítica
El director del SEARPI, José Antonio Rivero, detalló que los fondos son necesarios para trabajar en las cuencas de Jirahí, Yapacaní, Ichilo, Río Grande y Parapetí. Afirmó que los defensivos de la ciudad «nunca más hicieron un recrecimiento» desde su construcción, limitándose a protecciones de barranca. Rivero señaló una situación de riesgo adicional: un barrio está asentado entre dos diques, en una zona de inundación designada.
Alerta roja y declaratoria de desastre
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI) emitió una alerta roja por ascensos progresivos y repentinos del nivel de ríos en Santa Cruz, Cochabamba y Beni. Esta alerta se produce tras una crecida histórica en El Torno que dejó al menos 20 personas fallecidas. La Gobernación de Santa Cruz se declaró en desastre departamental el domingo pasado mediante un decreto.
Antecedentes de la emergencia
La Gobernación de Santa Cruz se declaró en desastre departamental mediante el Decreto Departamental N° 512, debido a las intensas lluvias, crecidas y desbordes de ríos, inundaciones, derrumbes y deslizamientos que afectan a distintas comunidades. Municipios como El Torno, Porongo, Warnes y Montero han sido los más afectados.
Cierre: Exposición al riesgo incrementa la vulnerabilidad
El director del SEARPI concluyó que «la exposición que nosotros hacemos muchas veces por necesidad de asentarnos en la orilla del río es la que genera que este tipo de desastres sea mayor y más fuerte». La combinación de infraestructura insuficientemente financiada y asentamientos en zonas de riesgo plantea un escenario de vulnerabilidad continua para el departamento.