Arce es proclamado candidato único del MAS para 2025

Luis Arce recibe respaldo del MAS como candidato presidencial para las elecciones de 2025, prometiendo unidad y criticando a la oposición y a Evo Morales.
El Deber

Arce se proclama candidato único del MAS para las elecciones de 2025

El presidente boliviano recorrió cinco departamentos en dos días para recibir el respaldo de sus bases. Aseguró una victoria «aplastante» como en 2020 y criticó a la oposición y a Evo Morales. El MAS definirá su binomio el 11 de mayo.

«Les enseñaremos de qué somos hechos los masistas»

Luis Arce, en modo campaña, fue proclamado como candidato presidencial en Potosí, Chuquisaca y Santa Cruz, tras visitar también Beni y Pando. «¡Ganaremos como en 2020!», afirmó ante simpatizantes, prometiendo unidad y «derrotar a la derecha neoliberal». Atacó a Tuto Quiroga, Samuel Doria Medina y Manfred Reyes Villa, acusándolos de privatización y desempleo.

Discurso contra Morales y la oposición

Sin nombrarlo, Arce respondió a Evo Morales: «Recuperamos el MAS de los traidores», en referencia a la bancada evista que bloquea créditos. Insistió en que su gobierno impulsó industrialización y que «el dedazo terminó». La oposición, sin embargo, lo culpa de la crisis económica y desestima sus chances electorales.

Otros actores en escena

Mientras Arce se reunía con el MAS, Andrónico Rodríguez fue proclamado por el Bloque Bicentenario en Santa Cruz. Samuel Doria Medina, por su parte, inició campaña en Montero con apoyo de Creemos. Ninguno menciona a Rodríguez como amenaza.

Un MAS dividido y con historia

El partido gobernante enfrenta su primera elección fracturado: el evismo acusa a Arce de hundir al MAS, mientras él insiste en que las bases recuperaron el control. El modelo económico vigente desde 2006 y la polarización con la oposición marcan el escenario.

Las urnas decidirán en 2025

Arce confía en replicar su triunfo del 55,1% de 2020, pero la crisis económica y la fragmentación del oficialismo ponen en duda ese pronóstico. La oposición apuesta a capitalizar el descontento, aunque sin un discurso unificado.