Investigadora Dian Fossey fue asesinada en 1985 tras defender gorilas
La primatóloga Dian Fossey fue encontrada muerta el 26 de diciembre de 1985 en su cabaña del Centro de Investigación Karisoke, en Ruanda. Su asesinato con machete nunca fue resuelto completamente. Fossey dedicó 18 años al estudio y protección de los gorilas de montaña, que estaban al borde de la extinción.
Una investigadora inesperada en las montañas
Dian Fossey no era zoóloga, sino terapeuta ocupacional. A pesar de sufrir enfisema y miedo a las alturas, en 1967 se instaló en el Parque Nacional de los Volcanes de Ruanda. Allí fundó el Centro de Investigación Karisoke y descubrió que los gorilas enfrentaban peligros críticos por la caza furtiva y la pérdida de hábitat.
Rompiendo el mito del gorila violento
Para ganar su confianza, Fossey imitaba su comportamiento, como sonidos de satisfacción y caminar sobre los nudillos. Tras años de trabajo, logró que los gorilas la aceptaran. Su habilitación permitió a la BBC filmar, en 1979, la famosa secuencia con David Attenborough para Life on Earth, mostrando a los gorilas como criaturas gentiles y plácidas.
El conflicto con los cazadores furtivos
La lucha contra la caza furtiva se volvió central. El asesinato en 1978 de Digit, su gorila favorito, por cazadores que vendían partes como souvenirs, fue un punto de inflexión. Fossey adoptó métodos controvertidos, como capturar intrusos, quemar casas de cazadores y usar máscaras para hacerse pasar por una bruja.
Divergencias en la estrategia de conservación
Fossey se opuso al Proyecto del Gorila de Montaña, que promovía el turismo y la educación. Consideraba que el turismo era un obstáculo y creía que los gorillas debían protegerse por su propio valor. Bill Weber, cofundador del proyecto, afirmó que sus técnicas eran diferentes, pero la misión era la misma.
Un legado interrumpido por la violencia
El asesinato de Fossey ocurrió mientras se filmaba la película sobre su vida, Gorilas en la Niebla. Un tribunal ruandés condenó en ausencia a su asistente Wayne McGuire, quien siempre declaró su inocencia. Ian Redmond, otro asistente, sugirió que fue asesinada por estar en el camino de intereses económicos ilegales.
Repercusión mundial póstuma
Su libro y la película posterior aumentaron la conciencia global sobre la situación de los gorilas. Fossey fue enterrada en el cementerio que creó para los gorilas en las montañas Virunga. Su lápida reza: «Nadie amó más a los gorilas».