Las rentabilidades de la deuda europea suben por el ajuste global desde Japón
La rentabilidad del bono japonés a diez años alcanzó un máximo de 19 años, situándose en torno al 1,86%. Este movimiento, impulsado por las expectativas de un endurecimiento monetario en Japón, ha desencadenado una oleada de ventas global que afecta a los bonos europeos, pese a que la inflación en la zona euro se mantiene estable.
Inflación estable en la zona euro frente a turbulencias financieras
La inflación interanual de la zona euro se situó en el 2,2% en noviembre, según Eurostat. Los precios bajaron un 0,3% mensual, el primer retroceso desde enero. La inflación subyacente se mantuvo en el 2,4%. Los servicios, con un crecimiento del 3,5%, son el principal motor de los precios. La tasa de paro se mantuvo en el 6,4% en octubre.
El Banco de Japón como catalizador global
El repunte lo inició el Banco de Japón (BOJ). Su gobernador, Kazuo Ueda, declaró que la entidad «sopesará los pros y los contras» de una subida de tipos. Los mercados asignan una probabilidad del 80% a un aumento en la reunión del 19 de diciembre. Estrategas de BBVA indican que se trata de una recalibración de la política, no de un giro completo.
Repercusión inmediata en la deuda europea
El efecto contagio elevó las rentabilidades en Europa. El bono alemán a diez años subió seis puntos básicos, hasta el 2,75%. El bono a treinta años alcanzó el 3,40%. Francesco Pesole, de ING, señaló que el tono de Ueda fue inesperadamente agresivo y que los mercados quedaron «desprevenidos».
Antecedentes: Un dilema para el BCE en un contexto frágil
La tendencia desinflacionista en la zona euro permanece, pero es frágil. El profesor Joe Nellis, asesor de MHA, afirma que persisten las presiones procedentes de los servicios. El paro juvenil se mantiene elevado, en el 14,8%. España registra la tasa de paro más alta entre las grandes economías, con un 10,5%.
Cierre: Implicaciones para la política monetaria del BCE
Este ajuste global llega en un momento delicado para el Banco Central Europeo (BCE). Se anticipa que mantendrá los tipos sin cambios en diciembre. Los analistas no prevén recortes a corto plazo. Los efectos de contagio desde Japón podrían seguir impulsando las rentabilidades en la zona euro, incluso sin presiones inflacionistas domésticas relevantes.