Diplomáticos respaldan nueva política exterior del presidente Paz
Un grupo de académicos y diplomáticos bolivianos respalda el giro hacia una política exterior «abierta al mundo, moderna y alineada con los valores democráticos». La declaración fue presentada este viernes 7 de noviembre de 2025, un día antes de la transmisión de mando.
Apoyo a un nuevo rumbo internacional
Los profesionales agrupados en la plataforma Diplomacia en Democracia consideran que Bolivia tiene una oportunidad histórica para recuperar su presencia global. Valoran la decisión de restablecer relaciones sobre la base del interés nacional y el respeto al derecho internacional.
Revisión de vínculos regionales
Los expertos respaldan redefinir los vínculos con gobiernos autoritarios de la región, como Cuba, Venezuela y Nicaragua. Remarcan que Bolivia debe retomar el realismo político, administrando sus relaciones desde la autonomía del Estado.
Reconstrucción de la institucionalidad diplomática
La declaración plantea la necesidad de reconstruir el servicio exterior mediante el relanzamiento de la Academia Diplomática, una nueva Ley del Servicio Exterior y la restitución del escalafón diplomático de 2004.
Los cuatro ejes de la diplomacia moderna
Los firmantes subrayan que una diplomacia moderna debe centrarse en: diplomacia de negocios para atraer inversión, promoción del turismo, capacidad negociadora del Estado y mejora del servicio consular para los ciudadanos en el exterior.
Un llamado a la apertura con inteligencia
El pronunciamiento concluye que Bolivia debe ejercer una diplomacia de apertura con inteligencia estratégica y visión de Estado. Invita al nuevo gobierno a abrir las puertas del país al mundo con dignidad, convicción y esperanza.
Firmantes y contexto inmediato
La declaración fue firmada por quince expertos, entre ellos Karen Longaric Rodríguez y Ronald MacLean-Abaroa. El presidente Paz Pereira asumirá sus funciones el sábado 8 de noviembre en la primera sesión de la Asamblea Legislativa 2025-2030.
Implicaciones de un cambio de ciclo
Este respaldo académico-diplomático marca el apoyo institucional a la nueva política exterior del gobierno entrante. El giro implica un distanciamiento del enfoque anterior y busca reinserción global basada en intereses nacionales y valores democráticos.