Familias celebran el Día de los Difuntos con ofrendas y rezos en Bolivia
Miles de familias visitan cementerios en Todos Santos. La tradición andina, con altares de masitas y tantawawas, se ha extendido por todo el país. Según la creencia popular, las almas regresan en estas fechas.
Celebración en los cementerios
Las visitas a los cementerios son una costumbre que se repite en todos los rincones del país. Las familias preparan mesas con ofrendas que incluyen masitas, frutas, agua y tantawawas en honor a los difuntos. Esta tradición, originaria del occidente, se ha ido enraizando en el oriente boliviano.
Prácticas regionales
En San Ignacio de Velasco, el Cabildo Indígena participa en actividades religiosas y se reza el Santo Rosario en lengua nativa bésiro. En Vallegrande, las abuelas rezan con oraciones cantadas y se dedican coplas a los fallecidos. La música de mariachis también está presente en la celebración.
Control en la capital
En la ciudad de Santa Cruz, el municipio controla el ingreso a los cementerios. Se vigila que no se ingresen bebidas alcohólicas ni «musicones» para que la celebración se realice en tranquilidad y silencio.
Origen de la tradición
La celebración de Todos Santos y el Día de los Difuntos tiene su origen en la tradición andina. Las familias preparan ofrendas con lo que solía gustar a los difuntos, basándose en la creencia de que las almas regresan en estas fechas para visitar a los vivos.
Repercusión de la festividad
La festividad genera reencuentros familiares en torno a las almas y concentra actividades en los camposantos de distintas regiones. La costumbre une a las comunidades a través de prácticas religiosas y ofrendas, manteniendo vivas las creencias ancestrales en el país.