Estados Unidos y China acuerdan tregua de un año en tierras raras
La tregua estabiliza el suministro de materiales clave para la industria tecnológica. El pacto, alcanzado en la cumbre de Busan, reduce tensiones comerciales inmediatas pero no resuelve la dependencia global de China.
Un respiro para las cadenas de suministro
El acuerdo implica que Estados Unidos reducirá los aranceles generales a productos chinos del 57% al 47%, mientras que Beijing pausará las restricciones a la exportación de tierras raras. China también reanudará las compras de soja estadounidense. Esta tregua busca calmar los precios y garantizar entregas estables de estos elementos cruciales para imanes, baterías y tecnología óptica.
El dominio chino en el mercado
La dependencia global es significativa: China controla el 70% de la minería y cerca del 90% del procesamiento de tierras raras. Aunque Estados Unidos extrajo 45.000 toneladas en 2024, sigue dependiendo de China para el refinado y la producción de imanes necesarios para vehículos eléctricos y turbinas eólicas.
Antecedentes: Un mercado con influencia desproporcionada
Las tierras raras, aunque de volumen modesto (390.000 toneladas métricas en 2024), son materiales esenciales para la industria moderna. Su procesamiento constituye un cuello de botella estratégico donde China ejerce un dominio casi total.
Cierre: Tregua temporal, riesgo permanente
El acuerdo ofrece un año de estabilidad para que fabricantes reconstruyan inventarios y diversifiquen proveedores. Sin embargo, el riesgo estructural persiste hasta que se desarrollen cadenas de procesamiento alternativas a escala global. La vigilancia se centrará en el cumplimiento del pacto y su posible renovación.
 
											 
															 
															 
															 
															 
															 
															 
															 
															 
															 
															 
															