Trump advierte que EEUU podría abandonar las negociaciones de paz en Ucrania
El presidente estadounidense no garantizó apoyo militar continuo a Ucrania si fracasan las conversaciones. La advertencia se produce tras el colapso del alto el fuego y la reanudación de la ofensiva rusa. Trump y su secretario de Estado, Marco Rubio, insistieron en resolver el conflicto «rápidamente».
«Nos retiraremos si las partes obstruyen la paz»
En una conferencia de prensa desde el Despacho Oval, Trump afirmó que EEUU dejará de mediar si Rusia o Ucrania «dificultan» el proceso. «Les diremos ‘son tontos, gente horrible’ y nos apartaremos», declaró. Sin embargo, mantuvo un tono optimista: «Tenemos buenas posibilidades de resolverlo», añadió, sin comprometerse a mantener la ayuda militar ucraniana.
Presión diplomática en Europa
Rubio, tras reunirse con líderes europeos en París, advirtió que la administración Trump decidirá «en días» si el acuerdo es viable. «Si no hay camino claro, priorizaremos otros temas», señaló. El secretario de Estado y los enviados especiales Steve Witkoff y Keith Kellogg discutieron con Emmanuel Macron y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, una propuesta para pausar la guerra.
Relaciones tensas con Zelensky
Trump ha criticado en varias ocasiones al presidente ucraniano, llamándolo «dictador con elecciones» durante un encuentro en la Casa Blanca. La postura contrasta con el apoyo histórico de EEUU a Ucrania antes de su llegada al poder en 2025, mientras Europa mantiene su respaldo frente a la agresión rusa.
Un conflicto que busca su desenlace
La guerra, iniciada por Rusia en 2022, ha vivido múltiples intentos de mediación. El último alto el fuego promovido por la administración Trump se rompió tras la reanudación de la ofensiva rusa. Rubio y el vicepresidente JD Vance expresaron esperanza en un acuerdo, pero subrayaron que el momento es crítico.
La pelota está en el tejado de las partes
El futuro de las negociaciones depende ahora de que Rusia y Ucrania muestren voluntad real. La advertencia de Trump marca un giro en la política exterior estadounidense, priorizando resultados concretos sobre compromisos prolongados. La comunidad internacional observa si el conflicto encontrará salida diplomática o escalará nuevamente.