Niñas del altiplano superan barreras para acceder a la educación
Cada 11 de octubre se celebra el Día Internacional de la Niña, establecido por la ONU. Esta fecha visibiliza los desafíos en educación, salud y seguridad que enfrentan millones de niñas. El acceso a la educación se considera fundamental para transformar sus vidas y comunidades.
Resistencia en el camino al aula
En el altiplano, muchas niñas recorren largas distancias para llegar a la escuela, a veces ayudando en casa antes de clases. Para ellas, aprender es un acto de resistencia que desafía la desigualdad. Liudmila Loayza, de la Universidad Franz Tamayo (UNIFRANZ), destaca que la educación femenina rompe ciclos de pobreza y genera líderes.
Obstáculos para la continuidad educativa
Las niñas enfrentan barreras como la pobreza, la distancia y los trabajos domésticos. Estos factores pueden obligar al abandono escolar. La directora de Psicología de UNIFRANZ subraya que el entorno familiar y comunitario es determinante para fortalecer su autoestima y resiliencia.
Impacto comunitario y económico
Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, informa que la educación de las niñas contribuye al crecimiento económico sostenido. Sima Bahous, de ONU Mujeres, añade que cada año adicional de estudio mejora sus ingresos futuros y fortalece la salud de su comunidad.
La escuela como espacio de transformación
En comunidades rurales, la escuela permite a las niñas imaginar y proyectar su futuro. Cada lección representa una victoria contra la discriminación. Este proceso fortalece su independencia emocional y capacidad para la toma de decisiones responsables.
Invertir en igualdad para el desarrollo
La educación femenina siembra semillas de igualdad en las comunidades. Invertir en las niñas es una cuestión de justicia y desarrollo sostenible. Las niñas educadas se convierten en agentes de cambio que impactan positivamente en la economía, política y cultura.