Trump afirma que invocaría la Ley de Insurrección para desplegar el ejército
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que estaría dispuesto a invocar la Ley de Insurrección, que permite desplegar tropas federales para sofocar una rebelión. Esta declaración se produce tras acciones legales de estados liderados por demócratas contra el despliegue de la Guardia Nacional.
Una amenaza contra la oposición
Trump realizó estas declaraciones en el Despacho Oval, afirmando: «Tenemos una ley de insurrección por una razón. Si tuviera que aplicarla, lo haría». El mandatario justificó esta medida potencial alegando que la aplicaría si «la gente estuviera siendo asesinada» y los tribunales, gobernadores o alcaldes bloquearan sus acciones. Esta advertencia está dirigida específicamente a ciudades y estados gobernados por demócratas.
Reacción y consecuencias legales
La declaración del presidente es una respuesta directa a los estados de Illinois y Oregón, que han emprendido acciones legales para bloquear el despliegue de la Guardia Nacional que él ordenó. Esta situación crea una tensión significativa entre el gobierno federal y las autoridades estatales y locales de oposición.
El poder de una ley centenaria
La Ley de Insurrección, promulgada originalmente en 1807, otorga al presidente la facultad de desplegar fuerzas militares, incluidos el Ejército y la Guardia Nacional federalizada, para funciones de orden público dentro del país. Esta ley representa una de las pocas excepciones a la Ley Posse Comitatus, que generalmente prohíbe el uso de tropas federales en tareas policiales.
Un cierre con amplia discrecionalidad
La aplicación de esta ley genera alarma entre juristas y defensores de los derechos civiles debido a que no define con precisión términos como «insurrección» o «violencia doméstica». Esto otorga una gran discrecionalidad al presidente para decidir cuándo y dónde desplegar a los militares, con las implicaciones que ello conlleva para el orden constitucional y los derechos civiles.