Bolivia conmemora el 73º aniversario de la Revolución Nacional de 1952
El legado de la gesta histórica enfrenta desafíos actuales según análisis académico. Autor reflexiona sobre el contraste entre los logros revolucionarios y la realidad política y económica contemporánea. Texto publicado hoy en Santa Cruz de la Sierra.
«De la unidad revolucionaria a la fragmentación actual»
Antonio Jordán Jimeno, docente y administrador, analiza cómo la Revolución Nacional «cambió las reglas del juego» político y económico en 1952, con reformas como el voto universal, la nacionalización minera y la redistribución de tierras. Sin embargo, subraya que «la fuerza de aquel movimiento se ha perdido» en la actualidad.
Logros históricos vs. realidad presente
Según citas de Carlos Mesa Gisbert, la revolución transformó la estructura agraria, minera y política del país, integrando a aimaras y quechuas. Hoy, el autor denuncia que «las instituciones están copadas por funcionarios con carnet azul» y critica la corrupción en poderes del Estado y fuerzas de seguridad.
Raíces y sombras de una gesta
El texto recuerda que la revolución surgió de «trabajadores, mineros y amas de casa», pero hoy percibe una ciudadanía «resignada». Cita a Víctor Paz Estenssoro sobre los «trastornos enormes» del proceso revolucionario y su aislamiento regional en los años 50.
Cuando Bolivia cambió para siempre
El 10 de abril de 1952 marcó el inicio de un proceso que redistribuyó tierras a campesinos, nacionalizó minas e instauró el voto universal. Según el autor, fue «la primera revolución en América Latina desde la mexicana», aunque con desequilibrios entre capacidades y ambiciones transformadoras.
Un llamado a recuperar el espíritu de abril
El análisis concluye con una exhortación a «deponer actitudes» y honrar el legado de los protagonistas históricos. Sin emitir juicios, plantea el desafío de reconciliar aquel impulso unitario con la complejidad actual del país.