EEUU rechaza acusaciones de Bolivia sobre caso Zúñiga

El Departamento de Estado niega las imputaciones del Gobierno boliviano sobre su presunta vinculación con los sucesos del 26 de junio de 2024, calificándolas de falsas.
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Edificio blanco con columnas detrás de árboles frondosos.
Una vista del edificio blanco con arquitectura clásica parcialmente cubierto por árboles.

EEUU rechaza acusaciones del Gobierno boliviano sobre caso Zúñiga

El Departamento de Estado califica de «falsas y ofensivas» las imputaciones. La respuesta surge tras un documental oficial que vinculaba a EEUU con los sucesos del 26 de junio de 2024. La tensión diplomática se agudiza en un contexto de polarización política en Bolivia.

«Dejen de involucrarnos en luchas internas»

La Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental de EEUU emitió un comunicado en X (antes Twitter), rechazando el documental «¿Qué pasó el 26J?». «El gobierno del MAS sabe que sus afirmaciones son falsas», señaló, acusándolo de usar estas imputaciones para «las luchas internas de poder». El audiovisual oficial vinculaba a militares y civiles con la Embajada estadounidense.

El documental que reavivó la polémica

Presentado por el Ministerio de Gobierno, el material de más de una hora describe la toma militar de la plaza Murillo como un «fallido golpe de Estado» contra Luis Arce. Menciona presuntos nexos entre uniformados, el exsecretario de Jeanine Áñez, la Embajada de EEUU y el diputado opositor Richard Rivera (CREEMOS).

Antecedentes: Un episodio que divide aguas

El 26 de junio de 2024, fuerzas militares ocuparon brevemente la plaza Murillo en La Paz. El Gobierno lo calificó como intento de golpe, mientras la oposición cuestionó la versión oficial. El caso Zúñiga sigue siendo un punto de conflicto político, con detenciones y acusaciones cruzadas entre oficialismo y opositores.

Relaciones diplomáticas bajo tensión

La réplica de EEUU profundiza el distanciamiento con el Gobierno del MAS, en un escenario donde la polarización interna y las acusaciones internacionales siguen marcando la agenda política boliviana. El impacto en la ciudadanía radica en la incertidumbre sobre la veracidad de las versiones en disputa.