Europa debate usar 194.000 millones de euros rusos congelados para armar a Ucrania
194.000 millones de euros en activos rusos congelados. La propuesta del canciller alemán Friedrich Merz plantea usar estos fondos para conceder préstamos sin intereses a Ucrania, ante la reducción del apoyo militar estadounidense y la presión fiscal europea.
Una decisión de alto riesgo
La iniciativa separa los activos de su dueño legítimo, lo que supone un cambio profundo en la visión de la propiedad y la ley internacional. El planteamiento es financiar la guerra con bienes del enemigo, pero conlleva importantes peligros legales, financieros y geopolíticos.
Incertidumbre legal y precedentes
Los activos de un banco central gozan de inmunidad soberana. Su confiscación rompería una norma internacional. Algunos expertos defienden la medida como una contramedida ante la guerra ilegal de Rusia, pero esto genera controversia sobre su proporcionalidad y reversibilidad.
Consecuencias financieras globales
La confiscación podría generar desconfianza en el euro. Otros países reconsiderarían la seguridad de mantener reservas en Europa, provocando una posible fuga de capitales de los depositarios occidentales. Euroclear, el depositario belga, vería amenazada su credibilidad.
Antecedentes: La presión fiscal y geopolítica
La propuesta surge por la combinación de la presión fiscal europea, la retirada del apoyo militar indefinido de Estados Unidos y la necesidad urgente de que Ucrania no quede indefensa. Esta situación fuerza a Europa a buscar financiación extraordinaria.
Cierre: La credibilidad de Europa en la balanza
La decisión final tendrá implicaciones históricas. Se pondrá a prueba la confianza en el sistema financiero global. Si Europa confisca los fondos, se cuestionará la seguridad de las instituciones refugio y los sistemas de reservas, pudiendo erosionar la arquitectura de la estabilidad financiera que sustenta su influencia.