La etnicidad es un factor clave en la segunda vuelta electoral de Bolivia
El 38,7% de la población se autoidentifica como indígena, según el censo de 2024. Analistas señalan que este factor demográfico puede inclinar el resultado del balotaje entre las alianzas Libre y el PDC.
El peso demográfico indígena
Según el último censo, al menos un 38,7 % de los 11,3 millones de bolivianos se autoidentifica con alguna de las 36 naciones indígenas reconocidas. Ambos candidatos buscan seducir a ese electorado, conscientes de que la identidad es un factor que define adhesiones.
Un llamado al consenso
La socióloga Gabriela Canedo sugiere a las tres principales fuerzas políticas, opositoras al MAS, que busquen consensos en la diversidad. Señala que la polarización entre “indígenas y k’aras” ha sido instrumentalizada políticamente y ha causado daño.
Cambios en el comportamiento electoral
El sociólogo Rafael Loayza identifica una correlación positiva entre la identidad étnica y el voto. En la primera vuelta, un 88 % de los votantes del PDC se autoidentificaba étnicamente, mientras que cerca del 80% de los votantes de Libre se adscribían como “no indígenas”.
El voto reactivo
Loayza añade que el voto indígena ha cambiado: antes era proactivo y ahora predomina el voto “reactivo”, orientado a bloquear a los “k’aras y a los de derecha”.
El factor Edman Lara
Gabriela Canedo señala que el candidato a vicepresidente por el PDC, Edman Lara, genera una “fuerte autoidentificación” en el electorado indígena. Esto se atribuye a su trabajo de base y cercanía con la clase popular, un factor que puede pesar más que las propuestas de gobierno.
La identidad como desafío democrático
Este balotaje pondrá a prueba si la política boliviana puede superar la lógica de “indígenas versus k’aras”. El reto es que las urnas se conviertan en un espacio para superar diferencias y tejer acuerdos en medio de la pluralidad.
Antecedentes de la primera vuelta
En la primera vuelta, el PDC alcanzó el 32,06 % de los votos válidos y la alianza Libre el 26,07 %. El MAS obtuvo su porcentaje más bajo en 20 años, con un 3,17 %. Un dato significativo fue el voto nulo, que alcanzó un 19,78 %.
Un futuro en juego
La segunda vuelta no solo decidirá el próximo gobierno, sino que pondrá a prueba la capacidad de la sociedad para trascender la confrontación étnica. El objetivo es construir una democracia donde la diversidad sea un valor compartido y todas las voces sean escuchadas.