CEDLA: Jóvenes bolivianos con más estudios atrapados en empleo precario
Más de 1,8 millones de jóvenes están ocupados en Bolivia, pero el 47% gana menos del salario mínimo y solo el 12% cotiza a pensiones, según un estudio del CEDLA.
Paradoja educativa y laboral
Un estudio del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) revela que, pese a que el 99,5% de los jóvenes tiene algún nivel de instrucción, la mayoría se inserta en un mercado laboral con empleos inestables, informales y mal remunerados.
Explotación e incertidumbre
El empleo juvenil está marcado por la explotación y la incertidumbre. El 60% trabaja jornadas superiores a ocho horas y tres de cada cuatro forman parte del sector informal, la mayoría como vendedores o ayudantes familiares no remunerados.
Adolescentes en la fuerza laboral
La crisis económica obliga a una incorporación prematura: alrededor del 37% de los adolescentes de 14 a 19 años ya forman parte de la población económicamente activa, muchas veces en tareas invisibles o no declaradas.
La carga invisible del cuidado
El 93% de los jóvenes realiza labores domésticas no remuneradas. La brecha de género es amplia: las mujeres dedican casi dos horas más que los hombres, lo que limita sus posibilidades de estudio y empleo remunerado.
El espejismo del emprendedurismo
El informe advierte que muchos emprendimientos juveniles son estrategias de supervivencia sin respaldo financiero ni cobertura social, que en la práctica descargan responsabilidades del Estado y los empleadores.
Antecedentes de la precariedad
El drama no es la falta de empleo, sino la calidad de los trabajos disponibles para una población joven que representa casi el 30% del total en Bolivia.
Futuro en riesgo
Los jóvenes son empujados a encadenar estudio, trabajo y cuidado en condiciones de sobreexplotación, convirtiendo la promesa de un futuro mejor en un espejismo.