Descargas de Signal aumentan tras filtración de chat oficial

Las instalaciones de Signal crecieron un 45% en EE.UU. y un 42% en Yemen luego de que se filtraran conversaciones de altos cargos gubernamentales en la plataforma cifrada.
TechCrunch
Un teléfono móvil con una pantalla azul y un icono blanco en el centro.
Imagen de un teléfono móvil sostenido por una mano, mostrando una pantalla azul con un icono blanco.

Descargas de Signal se disparan en EE.UU. y Yemen tras filtración de chat oficial

Las instalaciones aumentaron un 45% en EE.UU. y un 42% en Yemen tras revelarse que altos cargos del gobierno estadounidense discutieron planes militares en un grupo de Signal. La filtración ocurrió al añadir por error a un periodista al chat cifrado.

«Un error humano con consecuencias globales»

El vicepresidente J. D. Vance y el secretario de Defensa Peter Hegseth utilizaron Signal para coordinar un ataque contra los hutíes, según los mensajes publicados por The Atlantic. Jeffrey Goldberg, editor de la revista, accedió a la conversación al ser añadido involuntariamente. Signal no presentó fallos técnicos, según el reporte.

Impacto inmediato en las descargas

Tras la publicación del reporte el lunes, las instalaciones mundiales de Signal crecieron un 28%. En Yemen, la app escaló del puesto 50 al 9 en ranking de redes sociales. La plataforma no ha comentado sobre el caso, según TechCrunch.

¿Qué se filtró exactamente?

Aunque Hegseth negó que se discutieran «planes de guerra», The Atlantic reveló mensajes con detalles sobre armas, aviones y cronogramas de ataque. El gobierno investiga la falla de seguridad.

De app ciudadana a herramienta polémica

Signal, diseñada para mensajería segura entre usuarios, no está pensada para comunicaciones gubernamentales sensibles. Su cifrado impide incluso que la empresa acceda a los chats, pero no evita errores humanos como añadir participantes incorrectos.

Un antes y después para la privacidad digital

El incidente evidencia los riesgos de usar apps civiles en operaciones oficiales. Mientras las descargas reflejan mayor interés por el cifrado, el gobierno enfrenta críticas por no seguir protocolos de seguridad.