Rusia y Bielorrusia inician maniobras militares estratégicas Zapad-2025
Las maniobras incluyen la simulación del lanzamiento de armas nucleares. Se desarrollan en polígonos de ambos países y en los mares Báltico y de Barents. El Kremlin negó que los ejercicios estén dirigidos contra terceros países.
Un ejercicio en un contexto de alta tensión
Rusia y Bielorrusia comenzaron los ejercicios militares estratégicos Zapad-2025 en medio de las graves tensiones con Polonia y la OTAN por la reciente incursión de drones rusos en el espacio aéreo polaco. Las maniobras, que se extenderán hasta el martes 16 de septiembre, tienen como objetivo el reforzamiento de la seguridad militar de la Unión Estatal Rusia-Bielorrusia.
Alcance y participantes
Se celebran principalmente en polígonos militares en Borísov, Bielorrusia, a unos 450 kilómetros de la frontera polaca. Participan militares rusos, bielorrusos y de otros países como India e Irán. El Estado Mayor bielorruso informó que los ejercicios incluyen la simulación del lanzamiento de misiles balísticos hipersónicos Oréshnik.
Una alianza estratégica reforzada
Bielorrusia, el principal aliado de Rusia en la guerra de Ucrania, firmó un acuerdo de seguridad con Moscú a finales de 2024. El líder ruso, Vladímir Putin, adelantó entonces la posibilidad de desplegar misiles Oréshnik en territorio bielorruso y aseguró que su país está dispuesto a defender Bielorrusia ‘con todas las fuerzas a su disposición’, incluidas las armas nucleares tácticas ya emplazadas allí.
Un ejercicio con trasfondo histórico
Las maniobras ‘Zapad’ tienen lugar cada cuatro años. Las de este año son las primeras desde el inicio de la guerra en Ucrania y coinciden con un avance de las tropas rusas en ese país. El primer ministro polaco, Donald Tusk, aseguró que los ejercicios simularán la toma del llamado ‘corredor de Suwalki’, el único nexo terrestre entre los países bálticos y Polonia.
Una demostración de fuerza en el tablero global
El desarrollo de estas maniobras refleja la profundización de la alianza militar entre Rusia y Bielorrusia. Su ejecución y el tipo de armamento simulado envían un mensaje estratégico en el actual contexto geopolítico de tensiones con la OTAN, marcando una nueva fase en la postura defensiva-ofensiva de la Unión Estatal.