Huarachi advierte corto plazo para respuestas económicas del nuevo gobierno
El ejecutivo saliente de la COB prevé que la población exigirá soluciones inmediatas desde enero de 2026. Juan Carlos Huarachi rechaza levantar la subvención a los hidrocarburos y recomienda a la central obrera preparar una estrategia de lucha.
Un plazo perentorio para la normalización
El ejecutivo saliente de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi, manifestó su preocupación por el futuro del país. Según su criterio, el próximo gobierno tendrá un plazo corto para brindar respuestas a la población con miras a una normalización económica. Dijo que, si bien prevé tranquilidad para este año, en enero de 2026 ya se deben dar respuesta para “volver a la normalidad que se vivía hace años”.
La exigencia social desde el primer día
Huarachi afirmó que “el pueblo va a exigir respuestas y esas respuestas tienen que ser inmediatas” a partir del 1 de enero de 2026. Explicó que, para el balotaje, los partidos han realizado propuestas y compromisos, por lo cual las organizaciones sociales también exigirán su cumplimiento. El pueblo espera que los candidatos restablezcan la provisión de dólares y el abastecimiento de combustible.
Estrategia de resistencia
Ante este escenario, Huarachi recomendó a la COB que se debe “preparar una estrategia de lucha, una estrategia de resistencia” para evitar que el pueblo boliviano sea afectado con las nuevas medidas que se puedan implementar. Puso como ejemplo su rechazo a levantar la subvención de los hidrocarburos, argumentando que “más bien va a generar un caos social en las familias bolivianas”.
Un contexto de expectativas y compromisos
El país se encuentra a la espera de cambios tras un proceso electoral de balotaje en el que los candidatos asumieron compromisos con la población. Existe una esperanza generalizada de restablecer una situación económica anterior caracterizada por la normalidad en el abastecimiento de combustible y divisas.
La COB se alista para un nuevo ciclo
El dirigente ratificó que no buscará la prórroga en el cargo para el próximo congreso de la COB, señalando que la dirigencia sindical necesita renovación. Su legado es una advertencia clara sobre la presión social que enfrentará el próximo gobierno y un llamado a su organización para estar preparados ante posibles medidas económicas.