Rusia rechaza atacar Polonia y ofrece consultas tras incursión de drones
Al menos 19 drones rusos sobrevolaron el espacio aéreo polaco, siendo derribados por aviones de la OTAN. El Kremlin negó que fuera un acto deliberado y declaró que solo discutirá el tema directamente con Varsovia.
Un incidente que acerca a Polonia al conflicto
El primer ministro polaco, Donald Tusk, afirmó con gravedad que Polonia se encuentra en su punto más cercano a un conflicto abierto desde la Segunda Guerra Mundial. Enfatizó que no hay motivos para afirmar que el país está en guerra, pero confirmó que hasta cuatro de los drones fueron derribados por aviones polacos y de la OTAN, marcando la primera vez que esto ocurre en el territorio de un país miembro de la Alianza.
La respuesta de Moscú
El Ministerio de Defensa de Rusia declaró que ‘no se planeaba alcanzar objetivos en territorio de Polonia’. A través de un comunicado, se mostró dispuesto a celebrar consultas con Varsovia, argumentando que el alcance máximo de vuelo de sus drones no supera los 700 kilómetros. Previamente, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, había remitido el asunto a Defensa, negando que las autoridades polacas se hubieran puesto en contacto con Moscú.
Repercusión para la seguridad colectiva
Ante estas ‘violaciones sin precedentes’ de su espacio aéreo, Polonia ha solicitado formalmente una consulta urgente invocando el Artículo 4 de la OTAN. Este artículo establece que los aliados se consultarán cuando la seguridad de cualquiera de las partes sea amenazada. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, calificó el hecho de ‘precedente extremadamente peligroso para Europa’.
Un contexto de ataques a gran escala
La incursión de drones en Polonia formó parte de un último gran ataque aéreo ruso contra Ucrania, durante el cual se lanzaron 415 drones. Moscú reconoció haber atacado con armas de alta precisión varias regiones ucranianas, incluida la ciudad de Lviv, cuya región limita con Polonia.
La OTAN delibera su siguiente movimiento
La eficacia de la respuesta de la Alianza Atlántica está ahora bajo escrutinio. El incidente prueba los mecanismos de defensa colectiva en un escenario de guerra híbrida, donde la negación plausible y las provocaciones fronterizas se convierten en una nueva normalidad. El resultado de las consultas del Artículo 4 marcará el tono de la futura contención frente a Rusia.