Experto advierte que nacionalizar autos ilegales agravará desabastecimiento de combustible
La medida propuesta por el PDC incrementaría la demanda en 2 millones de vehículos. Raúl Velásquez, de Fundación Jubileo, alerta que el país no tiene combustible ni divisas para cubrir la demanda actual. La propuesta también ha generado críticas internacionales.
Un problema que se puede agravar
Raúl Velásquez, investigador de la Fundación Jubileo, declaró que nacionalizar los autos ilegales «genera un incentivo para que entre más vehículos» de forma irregular. Advirtió que esto creará una «mayor demanda de combustible en un contexto en el que no tenemos suficiente», ni los recursos financieros para cubrirla, por lo que la medida «más que una solución, será profundizar más aún el problema».
La postura política y las reacciones
Pese a las críticas, el binomio del Partido Demócrata Cristiano (PDC) aseguró que cumplirá con su promesa de nacionalización si gana la segunda vuelta electoral. La propuesta fue cuestionada por transportistas y tuvo eco en Chile, donde el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, la tildó de «un incentivo para que se siga cometiendo el robo de motorizados» en su país.
Las cifras de una crisis inminente
Los dirigentes de transportistas estiman que existen dos millones de vehículos ilegales que consumen combustible subvencionado. Sumados a los 2.500.000 de autos legales registrados por el INE, el parque automotor superaría los 4 millones de unidades, todas demandando gasolina y diésel que actualmente escasean en el país.
Un contexto de crisis multidimensional
La Fundación Jubileo emitió un pronunciamiento subrayando que Bolivia atraviesa una grave crisis multidimensional, con una crisis económica profunda, creciente y estructural cuyos efectos golpean con mayor dureza a los sectores más vulnerables, poniendo en riesgo la cohesión social y la estabilidad del país.
Decisiones urgentes para un futuro incierto
La eficacia de cualquier medida dependerá de respuestas serias y consensuadas. Jubileo advirtió que ninguna transformación de fondo será posible si prevalece la confrontación o la defensa de intereses particulares sobre el bien común, en un contexto donde el desabastecimiento de combustible es una realidad palpable.