Gazprom abandona proyecto gasístico en Bolivia por falta de rentabilidad
La estatal rusa oficializa su retirada del bloque Azero tras 17 años de operaciones. El exministro Ríos atribuye la decisión a la inseguridad jurídica y la presión fiscal. Ocurre pese a la alianza política entre ambos países.
«Ni los aliados políticos quieren invertir aquí»
Álvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos, afirma que la salida de Gazprom evidencia la «poca atracción» de Bolivia para capitales extranjeros, incluso de naciones cercanas ideológicamente. La empresa rusa, que llegó en 2008 durante el gobierno de Morales, abandonó el bloque Azero al considerar el yacimiento «sin perspectivas».
Factores detrás de la retirada
Ríos detalla que la inseguridad jurídica, los impuestos y el rol de YPFB ahuyentaron a la compañía, que ya había paralizado actividades hace cinco años. «Gazprom decidió no hacer más esfuerzos en Bolivia», subraya. La firma mantiene participación en otros proyectos con Total S.A. y Tecpetrol S.A.
Repercusión para el sector
El experto recuerda que desde 2015 se advertía la necesidad de reformar la Ley de Hidrocarburos para atraer inversiones. Critica que el actual gobierno, en etapa electoral, no pueda resolver este desafío: «Nadie invertirá sin garantías de pago en dólares y reglas claras».
De la exploración al abandono
El proyecto en Azero, entre Chuquisaca y Santa Cruz, perforó hasta 5.830 metros en 2020 sin hallar reservas. Gazprom operaba junto a Total S.A., mientras que en Incahuasi colabora con YPFB. Su salida oficial se conoció este 7 de abril, aunque su desvinculación práctica data de 2020.
Un sector que espera cambios
La retirada de Gazprom refuerza la imagen de desinversión en hidrocarburos. Ríos insiste en que solo un nuevo gobierno podría revertir la situación con reformas legales. El impacto se suma al histórico declive del sector, clave para la economía boliviana.