Viceprimera ministra británica renuncia por error en pago de impuestos
Angela Rayner dimitió tras un informe ético que confirmó la infracción. El suceso representa un duro golpe para el primer ministro Keir Starmer y su gobierno, sumergiéndolo en una crisis que forzará un reajuste de gabinete.
Una dimisión forzada por el código ético
La vice primera ministra británica y ministra de Vivienda, Angela Rayner, renunció el viernes al gobierno y a su cargo en el Partido Laborista. Un informe ético demostró que violó el código ministerial al pagar menos impuestos de los que debía por la compra de una vivienda. Sir Laurie Magnus, Asesor Independiente sobre Normas Ministeriales, concluyó que, si bien Rayner actuó de buena fe, “no se puede considerar que haya cumplido con los más altos estándares”.
Las claves de la operación inmobiliaria
La ex vice primera ministra compró un departamento y no pagó las 42.000 libras que debía de impuestos de timbre (Stamp Duty). Ella afirmó haber recibido asesoramiento legal incorrecto, lo que la llevó a pagar menos de lo debido. La investigación comenzó después de que ella misma admitiera el error, tras un intenso escrutinio público y revelaciones del diario The Telegraph.
Un contexto de intenso escrutinio político
El caso surgió en un momento de alta tensión política. El diario conservador The Telegraph reveló que la vice primera ministra había evitado el impuesto de timbre adicional que normalmente se aplica a las segundas residencias. Aunque el primer ministro Starmer defendió inicialmente a su número dos, el informe ético independiente forzó el desenlace.
Consecuencias inmediatas en el gobierno
La renuncia de Rayner, quien también era vicelíder laborista, supone un duro golpe para el mandato de Sir Keir Starmer. Se produce en el marco de un reajuste de gabinete y desencadenará una carrera para sucederla en ambos cargos. Este es el mayor escándalo que ha sacudido al Gobierno Laborista desde que asumió el cargo hace 14 meses.
Un capítulo que cierra en medio de la crisis
El incidente concluye con la salida de una figura clave del gobierno, considerada la candidata natural para suceder a Starmer. Las repercusiones directas para el ciudadano se traducen en una inminente renovación del gabinete en un contexto de inestabilidad política inicial para la administración.