Mafia de los Balcanes desata ola de violencia en Santa Cruz
Organizaciones criminales europeas libran una guerra por el control del narcotráfico. Los hechos, ocurridos entre julio y agosto, incluyen secuestros y asesinatos. Las autoridades bolivianas admiten la presencia de emisarios de redes internacionales.
Una guerra criminal en suelo cruceño
Medios internacionales reflejan que en Bolivia se está viviendo una guerra interna de la mafia de los Balcanes, que ha provocado una secuela de asesinatos y secuestros vinculados a ajustes de cuentas por tráfico internacional de drogas. Esta pugna criminal escaló el 13 de agosto con el hallazgo de tres cuerpos embalados en una vivienda de Santa Cruz de la Sierra.
Los actores clave y su repercusión
El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, admitió que emisarios de redes internacionales buscan asentarse en el país para controlar el tráfico de drogas, mercado que quedó vacío tras la huida del uruguayo Sebastián Marset. Para el ciudadano, esto se traduce en una ola de secuestros y asesinatos que afecta la seguridad de Santa Cruz.
La captura del «embajador»
El 26 de agosto fue capturado en Paraguay Luka Starevi, considerado un “embajador” de la mafia de los Balcanes en Sudamérica, cuando pretendía entrar a Bolivia. Pretendía asentarse en el país para intervenir en la disputa interna de su organización, según el diario ABC de Paraguay.
El vacío de poder que lo originó
El contexto de esta violencia se debe a que el mercado del tráfico de drogas en Bolivia quedó vacío tras la huida del uruguayo Sebastián Marset. Este vacío de poder ha llevado a que organizaciones criminales internacionales, específicamente albanesas o serbias que controlan el tráfico en Europa, libren una guerra por su control en territorio boliviano.
Un capítulo de violencia con repercusiones internacionales
La captura de Starevi en Paraguay habría frenado sus intentos de reorganizar su facción criminal en Bolivia. Los hechos demuestran la creciente influencia de redes narcotraficantes internacionales en la región y su directa vinculación con el incremento de la violencia local por el control de este lucrativo mercado ilegal.