Israel anexa territorios palestinos en respuesta a reconocimientos internacionales
El parlamento israelí votó extender su soberanía sobre Cisjordania. La medida es una réplica directa al reconocimiento de Palestina por parte de varias potencias. El gabinete de seguridad discutió el plan el 31 de agosto.
Una jugada geopolítica calculada
El primer ministro israelí confirmó que la anexión es una respuesta directa a los anuncios de Francia, Reino Unido, Australia y Canadá, que reconocerán formalmente el estado palestino en la Asamblea General de la ONU en septiembre. Los oficiales israelíes argumentan que dicho reconocimiento «socava la seguridad y el estatus diplomático de Israel».
Repercusión internacional inmediata
Cualquier paso hacia la anexión ganaría poco o ningún reconocimiento internacional. La Corte Internacional de Justia ya falló en julio de 2024 que la presencia israelí en territorio palestino ocupado es ilegal, instando a los estados a no reconocerla. El Consejo de Seguridad de la ONU también afirma que los asentamientos israelíes carecen de validez legal.
Un patrón histórico de anexión
Israel tiene precedentes de anexión de territorios ocupados. En 1980, una Ley Básica declaró a Jerusalén su capital completa, y en 1981 aplicó sus leyes a los Altos del Golán. El Consejo de Seguridad de la ONU calificó ambas medidas como «nulas y sin valor», un resultado que se prevé se repita ahora.
Un conflicto que se enquista
Este forcejeo estratégico enfrenta dos visiones: los países que reconocen a Palestina buscan impulsar una solución de dos estados, mientras que Israel responde amenazando con absorber formalmente el territorio que los palestinos consideran el corazón de su futuro estado. Este ciclo de acción y reacción eleva el riesgo de convertir un conflicto congelado en uno permanente.
Un futuro de disputas profundizadas
La anexión endurecería la división, cerraría las perspectivas de negociación y consolidaría el control israelí mediante su ley doméstica. Sin embargo, al carecer de reconocimiento exterior, tales leyes generarían un mayor aislamiento internacional para Israel y profundizarían las disputas en los tribunales internacionales.