21 legisladores electos en Bolivia militan en partidos distintos a los postulantes
Un análisis de Bolivia Verifica identifica 21 casos de militancia cruzada. La práctica, aunque legal según el TSE, evidencia la débil institucionalización de los partidos políticos bolivianos y su permeabilidad en las alianzas electorales.
Un mosaico de militancias en la nueva Asamblea
Un análisis de periodismo de datos identificó un fenómeno llamativo en la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional: 21 legisladores electos, entre titulares y suplentes, militan en organizaciones políticas diferentes a los partidos o alianzas que los postularon en las elecciones generales de 2025. La investigación se realizó cruzando las listas de candidatos ganadores con el registro oficial de militancia del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
El PDC lidera la lista
El Partido Demócrata Cristiano (PDC) concentra la mayor parte de estos casos: 12 legisladores electos figuran inscritos en el MAS, el FRI, Morena, ADN y otras fuerzas. En la Alianza Libre aparecen cinco asambleístas electos con militancia en el MTS, el PDC, el MAS, Súmate y ADN. La Alianza Unidad suma dos casos y la Alianza Popular, dos.
Un vacío legal, no transfugio
El fenómeno no puede considerarse transfugio, según explicó Fernando Arteaga, secretario de Cámara del TSE. “El transfugio se da cuando la autoridad en ejercicio se registra en otra organización política (…) En este caso, los candidatos ya tenían una militancia previa y fueron aceptados o invitados por los partidos que los postularon”, señaló. La ley no resuelve este vacío.
Una práctica extendida más allá de los electos
El hallazgo va más allá de los 21 legisladores electos. El análisis muestra que 72 candidatos del PDC y de Libre participaron en la contienda pese a militar en otras siglas. En Libre, 30 postulantes eran militantes de Demócratas y 14 del FRI. En el PDC, 42 candidatos estaban inscritos en organizaciones como el MAS, el MNR, ADN, UCS y agrupaciones locales.
Un reflejo de la política boliviana
La práctica refleja un rasgo estructural de la política boliviana: la permeabilidad de los partidos y su débil institucionalización. La lógica electoral se impone a la disciplina partidaria, y las alianzas permiten el ingreso de candidatos externos que, en muchos casos, ni siquiera renuncian a su militancia previa.
Un debate pendiente sobre la coherencia partidaria
La investigación concluyó que este fenómeno abre un debate pendiente: ¿hasta qué punto debería exigirse la militancia partidaria como requisito para postular? Mientras algunos estatutos la exigen, otros permiten que la “invitación” prevalezca sobre la coherencia ideológica, dejando en evidencia la flexibilidad de las normas internas de los partidos.