Estados Unidos arresta a salvadoreño para deportarlo a Uganda
Kilmar Abrego García fue detenido por ICE en Baltimore. Su caso ejemplifica la política migratoria de la administración Trump. El gobierno planea enviarlo a un tercer país a pesar de las protestas por su debido proceso.
Un calvario migratorio sin fin
Kilmar Abrego García, un inmigrante salvadoreño, fue arrestado este lunes por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) cuando se presentó a una cita en Baltimore. Las autoridades iniciaron un procedimiento de expulsión en su contra y planean deportarlo a Uganda, un país con el que Estados Unidos tiene un convenio para recibir inmigrantes. Esta acción se produce después de que un juez ordenara su liberación el viernes pasado. Su caso se ha convertido en un caso testigo de la política de «mano dura» del presidente Trump.
De El Salvador a Uganda
La pesadilla de Abrego García comenzó cuando fue deportado ilegalmente por el gobierno de Trump a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador en marzo de 2025, a pesar de contar con un estatus legal que le protegía. Tras presión judicial y de organismos de derechos humanos, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reconoció que había sido removido indebidamente y fue regresado a Estados Unidos en junio. De vuelta en el país, quedó bajo custodia federal. Rechazó un acuerdo de deportación voluntaria a Costa Rica y ahora enfrenta la posibilidad de ser enviado a Uganda.
Un símbolo de la política de «mano dura»
Expertos consultados señalan que este caso simboliza las políticas migratorias de Trump. Nancy Mirabal, de la Universidad de Maryland, afirmó que «el caso de Abrego García simboliza claramente las políticas migratorias de Trump». Por su parte, Veronica Tobar Thronson, de Michigan State University, indicó que la táctica de esta administración «ha incrementado el miedo en nuestras comunidades». La Secretaria de Seguridad, Kristi Noem, confirmó el arresto y acusó a Abrego de una serie de delitos que nunca han sido probados.
Huyendo de la violencia
Kilmar Abrego García llegó a Estados Unidos en 2011, huyendo de su país natal, El Salvador, al ser perseguido por pandillas que habían amenazado a él y su familia. Su estatus legal le permitía vivir y trabajar en Maryland bajo supervisión de las autoridades migratorias. Su primer arresto se produjo en marzo de 2019, bajo acusaciones de pertenecer a la pandilla MS-13, basadas en indicios que sus abogados y expertos consideraron endebles.
Un precedente peligroso
La posible deportación a Uganda se enmarca en una política más amplia de acuerdos con terceros países. En junio, la Corte Suprema de Justicia decretó que sí se pueden enviar migrantes a otras naciones. Los abogados de Abrego denuncian que su cliente está siendo usado como «trofeo político» y como un «caso testigo» para sentar precedentes en la política migratoria, una estrategia que, según los expertos, niega a las personas sus derechos constitucionales y no considera el riesgo de persecución.