Trump exige participación estatal en empresas tecnológicas y mineras
El gobierno de EE.UU. adquiere participaciones en Intel, U.S. Steel y MP Materials. Esta ofensiva inédita busca controlar empresas consideradas críticas para la seguridad nacional. Expertos advierten un giro hacia un capitalismo estatal que altera las reglas del libre mercado.
Una intervención gubernamental sin precedentes
La administración Trump ha introducido al Estado en empresas privadas de maneras extraordinarias. El Pentágono anunció la adquisición del 15% de MP Materials, una importante minera estadounidense de tierras raras. Intel, por su parte, accedió a que el gobierno adquiriera una participación de 10% en su negocio, por un valor de US$ 8.900 millones. Estas acciones podrían presagiar un cambio del sistema de libre mercado estadounidense.
El mecanismo de presión
Trump está extendiendo su red, investigando a fondo otras empresas que podrían estar listas para una intervención gubernamental. Prácticamente todas las empresas que reciben subsidios del gobierno están preocupadas por esto, declaró Kai Liekefett, abogado de Sidley Austin. En casos como el de Nvidia y AMD, el presidente propuso que cedieran el 15% de sus ingresos por ventas a China al gobierno.
Justificación de seguridad nacional versus realidad comercial
La Casa Blanca insiste en que la seguridad nacional impulsa sus acciones. Un funcionario declaró: “Esta no es una empresa de ollas y sartenes. Esto representa algo crítico para la seguridad nacional”. Sin embargo, el profesor David Sicilia, de la Universidad de Maryland, afirmó que nunca había visto que EE.UU. cambiara su política comercial para atacar a empresas específicas, calificándolo de “extorsión para obtener éxito”.
Repercusión en el mercado y los accionistas
La creciente implicación del gobierno plantea interrogantes sobre la pérdida de protección para los accionistas comunes. Mientras las acciones de Intel subieron, las de sus competidoras cayeron, alterando la igualdad de condiciones en el mercado. Los analistas advierten que, una vez que el gobierno se involucra en la toma de decisiones estratégicas, estas ya no se rigen por consideraciones de mercado.
Un giro histórico en la política económica de EE.UU.
Hubo momentos en el pasado de involucramiento del gobierno, como las adquisiciones de participaciones en bancos y automotrices tras la crisis de 2008. No obstante, los expertos afirman que la ofensiva de Trump es distinta y más agresiva, ya que las empresas a las que se dirige no están al borde del colapso. Históricamente, EE.UU. solo ha suspendido la línea entre empresa pública y privada en contextos de guerra o seguridad nacional.
Un nuevo clima empresarial de favores y presiones
La estrategia para que las empresas eviten la amenaza gubernamental es mantenerse fuera del punto de mira de Trump. Esto incluye eliminar el lenguaje sobre diversidad en sus sitios web y realizar más visitas al presidente. Este clima erosiona la igualdad de condiciones, crucial para el éxito a largo plazo del país, y genera la pregunta de qué pasará con las empresas prometedoras que no besen el anillo de Trump.