María Abigaíl denunció cuatro veces a su agresor antes de ser atacada
Una mujer fue golpeada en la cabeza con un combo por su expareja. El ataque ocurrió el sábado 16 de agosto de 2025 en Santa Cruz de la Sierra. La víctima había realizado denuncias previas que no fueron procesadas.
Un ataque brutal en pleno día
María Abigaíl Arenas Condori (36) fue atacada por su expareja, Isaac Paniagua, en su tienda. Recibió tres combazos en la cabeza que le causaron heridas que requirieron 28 puntos de sutura. Fue auxiliada por sus vecinos y trasladada al hospital Pampa de la Isla.
El miedo constante
La víctima clama por protección para ella y sus tres hijas (de 10, 5 y 3 años). Aunque su agresor está con detención preventiva por seis meses, teme que pueda quedar libre y volver a atacarlas.
Un sistema que no escuchó
María Abigaíl había denunciado a su agresor en cuatro ocasiones anteriores en comisarías de la Pampa de la Isla y de los Chacos. La respuesta que recibió fue «Hable con él, concilie». Sus denuncias quedaron archivadas y no recibió el amparo que garantiza la Ley 348.
Una historia de violencia prolongada
Durante los diez años que duró la relación, vivió bajo amenazas y agresiones constantes. Su expareja le decía: «Si tú no vas a vivir bajo mis manos, te voy a liquidar».
Falta de apoyo institucional
Pese a la detención del agresor, la víctima y sus familiares denuncian la falta de apoyo del Estado. Necesita atención médica especializada y protección, pero carece de recursos y cooperación institucional para su traslado al hospital Japonés.
Un problema de dimensiones nacionales
Este caso se enmarca en una alarmante estadística de violencia de género en Bolivia. De enero a julio de 2025 se registraron más de 80 denuncias por tentativa de feminicidio y 54 feminicidios. La Paz es el departamento con más casos (22), seguido de Santa Cruz (14).
La deuda del sistema con las mujeres
La eficacia de las medidas de protección para las víctimas de violencia de género queda en entredicho ante casos como este. El Ministerio Público asegura que los procesos avanzan con celeridad y que el 81% de los autores de feminicidios han sido identificados y detenidos. Sin embargo, la historia de María Abigaíl evidencia fallos críticos en la cadena de protección inicial.