Festival de Cine de IA de Runway proyecta cortometrajes generados por inteligencia artificial
Diez cortometrajes creados con herramientas de Runway AI se exhiben en una gira por cines Imax. El evento busca legitimar el uso de la IA en la cinematografía, aunque genera escepticismo por la falta de autoría humana tradicional.
Una muestra de lo que la máquina puede hacer
El programa, presentado inicialmente en el Alice Tully Hall del Lincoln Center de Nueva York, incluye diez cortos de diversa calidad. Desde el documental inmersivo Emergence, narrado desde la perspectiva de una larva de mariposa, hasta RŌHKI – A Million Trillion Pathways, un corto de anime con evidentes defectos técnicos como lóbulos de las orejas y cuellos de camisa que mutaban de forma entre escenas. La estética general tendía a un brillo comercializado, con ediciones rápidas e imágenes sedosas y fotorrealistas que, en algunos casos, se asemejaban a anuncios de perfume.
Reacciones encontradas
Mientras el cineasta Robert Pietri se mostró impresionado, argumentando que algunas obras creaban «un cine que no se puede crear de otra manera», el escéptico autor del artículo se cuestionaba si las cualidades positivas eran meras imitaciones de películas reales, hechas minuciosamente por personas reales. Por su parte, Troy Petermann, un aspirante a cineasta de 15 años, ve la IA como una «innovación que es la droga de la humanidad» y opina que se debe «trazar una línea» cuando se trata de los aspectos creativos.
La tecnología como disruptor creativo
Runway, una empresa de IA con sede en Nueva York, organiza el festival. Sus fundadores, exestudiantes de NYU frustrados por la falta de herramientas, desarrollaron software como Gen-4 para permitir a los usuarios crear películas. Alejandro Matamala Ortiz, cofundador, enmarca la IA como una disrupción tecnológica similar a las vividas en el pasado, que si bien afecta al mercado laboral, «también abre cosas nuevas». La compañía prevé que la IA se integrará por completo en el proceso cinematográfico, hasta el punto de que el festival podría dejar de llamarse «de IA».
Un debate que viene de lejos
La polémica sobre la autoría artística de la IA no es nueva. Las críticas comparan su llegada a la resistencia inicial ante innovaciones como el cine sonoro, el color o el formato digital. Sin embargo, los detractores argumentan que la IA representa una ruptura fundamental con el concepto mismo de arte, que tradicionalmente implica habilidad, paciencia, talento y, sobre todo, un ser humano como principal motor creativo.
Una industria en la encrucijada
La eficacia de estas herramientas para crear arte legítimo sigue en entredicho. Más allá del debate artístico, su uso conlleva otras preocupaciones, como la enorme demanda de recursos naturales que requiere su funcionamiento y su impacto en el empleo en las industrias creativas. El futuro del cine con IA dependerá de si el público y los creadores aceptan estas herramientas como una extensión más de la evolución tecnológica o como una sustitución problemática de la creatividad humana.