Candidato Lara promete subir Renta Dignidad a Bs 2.000 mensuales
Financiaría la medida eliminando la renta vitalicia de los expresidentes. La propuesta se realiza en el contexto de la segunda vuelta electoral. El cálculo basado en los datos oficiales indica que los fondos reasignados aumentarían la renta en apenas 0,20 céntimos mensuales por beneficiario.
Una promesa de campaña bajo escrutinio
Edman Lara, candidato a vicepresidente, se comprometió públicamente a incrementar la Renta Dignidad. Prometió que «a todas aquellas personas que no tienen renta de jubilación» se les dará Bs 2.000, y a quienes tengan una jubilación inferior a Bs 3.000 se les apoyará con Bs 1.000. Afirmó que el costo se cubriría eliminando la renta de expresidentes, asegurando que «tranquilamente me basta y me sobra».
La fría realidad de los números
Actualmente, la Renta Dignidad beneficia a más de 1,2 millones de adultos mayores con un pago de Bs 300. Ocho expresidentes reciben una renta vitalicia de Bs 27.500 mensuales cada uno, un gasto total anual de Bs 2.640.000. La redistribución de ese monto entre todos los beneficiarios supondría un aumento de solo 0,20 céntimos por persona al mes, una cifra muy lejana a la prometida.
Un país a la espera de su próximo gobierno
La propuesta surge tras los resultados electorales que obligan a una segunda vuelta entre los binomios Rodrigo Paz-Edman Lara y Jorge ‘Tuto’ Quiroga-Juan Pablo Velasco. Mientras los simpatizantes de Lara le recuerdan sus promesas, otros actores de la sociedad civil comenzaron a cuestionar la factibilidad de cumplir con estos compromisos.
Un beneficio enraizado en la ley
El pago a los expresidentes está contemplado en la Ley 376, que establece un pago mensual vitalicio equivalente a 10 salarios mínimos nacionales. Este marco legal es el que el candidato propone modificar para financiar su iniciativa social.
Entre la esperanza y la viabilidad
La promesa genera expectativa entre los beneficiarios, como un dirigente de jubilados que aplaudió la victoria y espera su cumplimiento. Sin embargo, el análisis estricto de las cifras disponibles indica una brecha significativa entre el anuncio político y la realidad económica del planteamiento, dejando su realización sujeta a un complejo proceso de reasignación presupuestaria.