MAS atribuye su derrota electoral a sabotaje interno y desgaste gubernamental
El partido oficialista obtuvo un 3,1% de los votos en las elecciones generales del pasado domingo. Su presidente, Grover García, culpa al expresidente Evo Morales y al desgaste de la gestión. El candidato Carlos Eduardo del Castillo confirmó que se logró salvar la personería jurídica.
Un análisis interno de la derrota
Tras los comicios, la dirigencia del Movimiento al Socialismo (MAS) explicó los resultados. Grover García afirmó que existe un «voto empute» por el desgaste de gestión y por los errores al gobernar. Además, señaló directamente al «sabotaje» liderado por el dirigente cocalero Evo Morales y al presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, acusándolos de dividir el instrumento político.
Deslinde de responsabilidades
García desligó a la Dirección Nacional del MAS de la elección de candidatos, indicando que «todos fueron definidos por las departamentales y uno que otro el pacto nacional». Esta postura surgió luego de que el ministro de Obras Públicas, Édgar Montaño, exigiera convocar a un ampliado para explicar las razones de la derrota.
El objetivo cumplido: salvar la sigla
El candidato presidencial, Carlos Eduardo del Castillo, se refirió al resultado. Dijo que «nuestros objetivos fueron cumplidos, logramos salvar a la sigla del MAS-IPSP». Añadió que la organización fue dañada por una «guerra intestina entre ambos bandos fratricidas que pusieron por delante sus intereses mezquinos».
Una división que viene de lejos
El texto señala que el escenario de división dentro del MAS «se ha ido generado desde 2021». Esta fractura interna es presentada como el contexto fundamental que explica el pobre desempeño electoral del partido oficialista, sumado al desgaste natural de su gestión de gobierno.
El MAS vive para seguir en la arena política
Pese a la contundente derrota electoral, el partido logra mantener su personería jurídica. Esto le permite continuar como una organización política legalmente reconocida, aunque su influencia y representatividad quedan severamente mermadas tras obtener un mínimo apoyo electoral del 3,1%.