Ingenieros chinos desarrollan el primer dron de despegue vertical con motor a reacción
Un equipo de la Universidad Beihang en Pekín ha creado una aeronave no tripulada que puede operar desde cualquier buque de guerra. El proyecto, que comenzó en 2015, fue completado tras una década de desarrollo. El dron está diseñado para reconocimiento y misiones de ataque.
Un salto tecnológico para la marina
El dron combina la elevación vertical de rotores con la velocidad de un motor turbojet en un solo fuselaje. Fue concebido para permitir a la marina china operar drones de reconocimiento y ataque desde destructores, fragatas y buques anfibios que carecen de instalaciones de portaaviones. Según los investigadores, la aeronave es «muy superior en velocidad» en comparación con otros drones de despegue vertical.
Un diseño innovador para condiciones extremas
El diseño utiliza pequeños rotores para el despegue y aterrizaje, y luego transiciona a un vuelo hacia adelante impulsado por el turbojet. Un sistema de carenado retráctil patentado encierra los rotores inactivos, reduciendo la resistencia hasta en un 60%. Esto permite que el dron vuele con un perfil aerodinámico similar al de los drones convencionales a reacción. Los profesores Wang Yaokun y Qiu Yuting afirmaron que la aeronave puede operar bajo «condiciones extremas», incluyendo mares agitados.
Implicaciones estratégicas en el mar
Un experto en tecnología de defensa chino explicó que tales drones podrían desplegarse en enjambres para penetrar defensas aéreas enemigas. «Esto convierte a cada buque de combate de superficie importante en una base de operaciones avanzada», señaló. Los analistas dicen que esta plataforma podría ayudar a China a operar de manera más efectiva en los océanos Pacífico e Índico, permitiendo patrullas regulares y respuestas rápidas.
Una década de desarrollo superando sanciones
El proyecto tomó 10 años en completarse, con el desarrollo comenzando en 2015 y un diseño estable logrado para 2019. La Universidad Beihang se encuentra entre las instalaciones de investigación de aviación china que han sido objetivo de sanciones de EE.UU. El fuselaje compuesto está construido con fibra de carbono de grado T-700 reforzada con resinas modificadas para soportar repetidos aterrizajes en cubierta.
Libertad operativa con un coste
El diseño conlleva compensaciones; durante el vuelo de crucero a alta velocidad, el sistema de rotores añade peso y ocupa espacio, reduciendo la carga útil y la eficiencia de combustible. «Siempre hay un precio por la libertad operativa», admitió el experto. Estos factores limitan el alcance y la carga útil en comparación con drones de propulsión a reacción pura, haciendo que la plataforma china sea más adecuada para reconocimiento, guerra electrónica o misiones de ataque ligero.