Desinformación electoral se dispara en Bolivia una semana antes de los comicios
Expertos denuncian una «guerra sucia» planificada para influir en el voto. Periodistas «militantesmercenarios» distorsionan la información, según análisis de EL DEBER. La publicidad estatal condiciona a medios y ciudadanos reciben propaganda disfrazada de noticias.
«Periodismo militante y mercenario: el cáncer de la ética informativa»
Hugo Prieto, periodista venezolano, define dos perfiles clave: «el militante, que actúa por ideología, y el mercenario, que se vende al mejor postor». Ambos instrumentalizan el periodismo, generando «un público descreído», advierte. Zulema Alanes, presidenta de la ANPB, añade que la pauta publicitaria estatal presiona a los medios, premiando a los «alineados» y castigando a los críticos.
La maquinaria de la mentira
Eliana Quiroz, de la Fundación Internet Bolivia, subraya que la desinformación es «un servicio contratado» para dañar adversarios. José Orlando Peralta, analista político, alerta: «La campaña sucia inventa hechos inexistentes. Mucha gente vota en función de mentiras». Las redes sociales y la inteligencia artificial multiplican el impacto, pero el sesgo de periodistas pagados pasa más desapercibido.
Cuando la publicidad es un arma
La ANPB revela que gobiernos y partidos usan la pauta para silenciar críticas. En campaña, aumentan el flujo a medios afines y lo recortan a los independientes. Esto crea «un círculo vicioso» donde prima la sumisión, según Alanes.
Venezuela como espejo
Prieto vincula el caso boliviano con la crisis venezolana: «El chavismo destruyó la credibilidad mediática». En Bolivia, la combinación de periodismo parcializado, publicidad coercitiva y redes sociales amenaza con «erosionar la calidad del voto».
Elecciones en la era del descrédito
La recta final electoral evidencia una batalla por la narrativa, no por los hechos. Los expertos coinciden: la desinformación planificada y los intereses económicos están redefiniendo la democracia boliviana, con consecuencias aún imprevisibles para 2025.