Clan boliviano estafa a 2.000 personas en España con extorsiones

La Policía Nacional desarticuló una red criminal boliviana que extorsionó a más de 2.000 personas en España, liderada por una mujer de 70 años. Se incautaron 250.000 euros y se detuvo a 73 implicados.
El Deber
Persona de espaldas con chaleco que tiene texto y una bandera.
La imagen captura la espalda de una persona con un chaleco antibalas que lleva un texto junto a una bandera.

Clan boliviano estafa a más de 2.000 personas en España con extorsiones

La banda, liderada por una mujer de 70 años, operaba desde call centers ocultos. La Policía Nacional detuvo a 73 implicados y decomisó 250.000 euros. El grupo usaba amenazas con «sicarios» y falsos familiares en apuros.

«El clan de la Yaya»: jerarquía y agresividad

La organización, integrada por una abuela, su hijo y su nieto, funcionaba las 24 horas desde Valencia. Operaban en peluquerías y negocios falsos, usando 500 tarjetas SIM no rastreables para extorsionar. «Era una organización profesional con métodos muy agresivos», según fuentes policiales.

Métodos de engaño

Las víctimas, en su mayoría hombres, recibían amenazas de «sicarios» o llamadas fingiendo ser familiares en emergencias. La UDEF investiga delitos de estafa, extorsión y blanqueo, ya que el clan lavaba dinero con una empresa agrícola falsa.

Impacto y advertencias

El grupo generó 2 millones de euros en ganancias ilícitas. Las autoridades recomiendan no pagar extorsiones y denunciar, incluso en casos de sextorsión. No descartan que intenten reorganizarse.

De call centers a la cárcel

El modus operandi incluía chats de contactos y obtención de datos personales. Además del dinero, se incautaron armas, drogas y vehículos. La detención masiva ocurrió tras meses de rastreo por la UDEF.

Extorsiones que cruzan fronteras

Este caso evidencia el alcance transnacional de redes criminales bolivianas, que aprovechan infraestructura encubierta y psicología del miedo. La edad de la líder sorprende por su rol activo en la jerarquía.

Un negocio que no perdona

Las víctimas, ahora dispersas en España, enfrentan secuelas psicológicas. La Policía insiste en romper el silencio para evitar la reincidencia. El decomiso de bienes marca un golpe financiero al clan, pero la investigación sigue abierta.