Gobierno incumple plazo para normalizar abastecimiento de combustibles
La Confederación de Choferes anuncia paro nacional indefinido desde el 2 de abril. El Ejecutivo no cumplió con regularizar el suministro de diésel y gasolina antes del 31 de marzo, según el acuerdo firmado. Transportistas también exigen renuncias por mal estado de carreteras y alza de precios.
«No tendría que haber ningún paro», pero lo habrá
El ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño, leyó el acuerdo que garantizaba la normalización del abastecimiento antes del 31 de marzo, firmado junto a los ministerios de Economía e Hidrocarburos y YPFB. Sin embargo, «en las provincias persisten las quejas» por falta de diésel, clave para el transporte y la cosecha de soya, maíz y sorgo.
Las exigencias de los choferes
La Confederación Sindical de Choferes convocó a un paro indefinido con bloqueos desde el 2 de abril, acusando al Gobierno de incumplir el pacto. Además, demandan la renuncia del presidente de la ABC «por el mal estado de las carreteras» y del viceministro de Defensa al Consumidor, Jorge Silva, por «falta de control en los precios de la canasta familiar».
Un acuerdo sobre papel mojado
El documento firmado el 31 de marzo ratificaba la subvención a los carburantes y prometía «normalizar el abastecimiento de diésel y gasolina Especial en todo el territorio nacional». Pese a ello, los transportistas aseguran que «no hubo interés en solucionar la problemática».
Combustible, carreteras y precios: la tormenta perfecta
La crisis surge en un contexto de presión sobre el sector agroindustrial —en plena cosecha— y el transporte, afectados por la escasez de diésel. A esto se suman las críticas al deterioro de la red vial y el alza de precios de productos básicos, que ya generaban malestar antes del conflicto.
El paro que nadie quería (pero todos vieron venir)
La medida de fuerza de los choferes paralizará el transporte de mercancías y pasajeros, con impacto directo en la economía. La eficacia de las negociaciones posteriores dependerá de soluciones concretas, no solo en el abastecimiento de combustibles, sino también en infraestructura y control de precios.