Exagente del FBI critica la tardía detención del presunto pederasta ‘White Tiger’
Las autoridades alemanas recibieron datos del FBI en 2023, pero el arresto ocurrió en 2025. El sospechoso, un joven germano-iraní, habría forzado a menores a autolesionarse e incluso al suicidio a través de internet. El caso involucra víctimas en cuatro países.
«Nos volvía locos que no actuaran con nuestras pruebas»
Un exagente del FBI reveló que identificó al presunto ‘White Tiger’ ante el LKA de Hamburgo en febrero de 2023, incluyendo un video del suicidio de una víctima. «Entregamos todas las pruebas, pero no hubo arresto inmediato», declaró al semanario Der Spiegel. La Fiscalía de Hamburgo confirmó el encuentro, pero alegó que los chats clave llegaron un mes después y que inicialmente solo había indicios de posesión de pornografía infantil.
La complejidad retrasó los cargos por asesinato
La portavoz fiscal explicó que se necesitó analizar «acribicamente» los chats y dispositivos para establecer un «tardío» sospecha de homicidio en autoría mediata. El acusado, ahora de 20 años, habría usado a una menor para presionar a un adolescente estadounidense a suicidarse en 2023.
De la pornografía infantil a una red criminal
El arresto se produjo en junio de 2025 en casa de sus padres. Se le imputan ocho víctimas entre 11 y 15 años de Alemania, EE.UU., Canadá e Inglaterra. Los cargos incluyen abuso sexual grave, lesiones y posesión de material ilegal. Pese a una alerta del NCMEC en 2021, las primeras investigaciones se archivaron por «falta de relevancia».
Un caso que cruzó fronteras y protocolos
El presunto ‘White Tiger’ operaba desde Hamburgo liderando un grupo que explotaba menores mediante grooming digital. Su modus operandi incluía chantajes para autolesiones grabadas, escalando hasta inducir suicidios. Las autoridades alemanas priorizaron inicialmente delitos menores, mientras el FBI presionaba por actuar ante la gravedad transnacional.
Justicia lenta, daño irreversible
El caso evidencia desafíos en la cooperación internacional contra crímenes digitales. Mientras el FBI aportaba datos desde 2023, la fiscalía alemana requirió dos años para reunir pruebas concluyentes. Las víctimas, dispersas en cuatro países, enfrentaron secuelas permanentes durante este lapso.