Andrónico Rodríguez justifica su ausencia en acto evista por razones de salud
El presidente del Senado no asistió al congreso de Evo Morales en Villa Tunari. La tensión entre ambos líderes del MAS escaló desde enero, cuando Rodríguez sugirió a Morales dar paso a una nueva generación. Sectores evistas lo califican ahora de «traidor».
«La unidad es clave», pero la división crece
Andrónico Rodríguez explicó en redes sociales que su ausencia en el evento del 29 de marzo en Cochabamba se debió a «razones de salud». Sin embargo, dirigentes evistas como Juan Enrique Mamani habían advertido que su no participación sería interpretada como alineamiento con el sector arcista. «Si no viene, es traidor a nuestro instrumento político», declaró Mamani.
El origen del distanciamiento
La ruptura se gestó el 23 de enero, cuando Rodríguez instó a Morales a «sentirse orgulloso, no celoso» de los nuevos líderes del MAS. Morales replicó desafiándolo a ser su jefe de campaña si era «orgánico», reafirmando su propia candidatura presidencial. Desde entonces, senadores afines a Rodríguez defendieron su postura, mientras los evistas incrementaron las críticas.
Dos actos paralelos y un MAS dividido
Mientras Morales reunía a sus seguidores en Villa Tunari, una caravana en La Paz proclamaba a Rodríguez como candidato. Los vehículos con música y consignas masistas intentaron ingresar al congreso arcista, pero el escenario ya estaba copado. Rodríguez, en cambio, elogió en Facebook «los avances históricos logrados entre 2006 y 2019 bajo el liderazgo de Morales».
De mentores a rivales
El MAS enfrenta su mayor fractura interna desde su fundación. Rodríguez, otrora pupilo de Morales, ahora es visto como figura clave de un ala disidente. El evento en Cochabamba buscó reafirmar a Morales como líder indiscutido, pero la movilización en La Paz evidenció que el conflicto por la sucesión está lejos de resolverse.
El MAS en la encrucijada
La polarización entre evistas y arcistas marca el escenario preelectoral. Rodríguez evita un enfrentamiento directo, pero su ausencia en Villa Tunari y el apoyo de sus colegas senadores profundizan la crisis en el partido gobernante. La unidad que ambos proclaman parece, por ahora, una meta lejana.