Gobernación cruceña solicita Bs 160 millones para prevenir desastres por lluvias
Las autoridades advierten que las precipitaciones continuarán y agravarán las inundaciones en Santa Cruz. El secretario departamental de Desarrollo Económico, Fernando Menacho, confirmó la urgencia de fondos para construir defensivos y asistir a los municipios afectados. Mientras, los alcaldes exigen agilidad en la aprobación de recursos.
«Las lluvias no dan tregua y las necesidades crecen»
El Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regularización del Río Piraí (SEARPI) alertó que un nuevo frente de lluvias llegará el 31 de marzo, afectando también a Chuquisaca y Cochabamba, cuyas cuencas impactan en Santa Cruz. «Los niveles de los ríos seguirán subiendo», advirtió Juan Manuel Antony, director de Obras y Cuencas del SEARPI.
Daños ya cuantificados
El municipio de El Puente fue declarado en desastre total, con más de 1.000 familias afectadas y 20.000 hectáreas de cultivos perdidas. En Ascensión de Guarayos, las inundaciones provocaron la muerte de 2.000 cabezas de ganado. Los alcaldes critican la lentitud en la asignación de recursos, como las 1.000 horas de maquinaria aprobadas, que consideran insuficientes.
Reclamos de los municipios
Willy Calderón, alcalde de San Julián, exigió presupuesto urgente para atender a 12 sectores críticos. Rubén Darío Mercado, de Okinawa, reportó la muerte de un joven por falta de infraestructura vial: «Tenemos el puente más grande de Bolivia, pero no hay carretera adecuada». Salvador Torrejón, de Mineros, insistió en que la solución definitiva requiere Bs 160 millones.
Un problema que se arrastra
Santa Cruz enfrenta inundaciones recurrentes por la falta de infraestructura en cuencas como los ríos Piraí y Grande. La declaratoria de emergencia departamental se dio mientras aún se evalúan los daños totales. Las lluvias persistentes y la geografía local agravan el riesgo para comunidades y sectores productivos.
Corre contra el tiempo
La Gobernación y los municipios buscan respuestas inmediatas ante el avance de las lluvias. El plan de emergencia prioriza defensivos y asistencia, pero su ejecución depende de la asignación rápida de recursos. Mientras, los pronósticos mantienen en alerta a una región donde el agua ya ha causado pérdidas humanas y económicas.