Bolivia enfrenta crisis económica con inflación del 15,53% y escasez de dólares
El país registra su peor desempeño macroeconómico desde 2006. La gestión de Luis Arce (2021-2025) acumula crecimiento inferior al 3,5%, déficit fiscal del 9,04% y un mercado paralelo del dólar a Bs13. La crisis afecta el acceso a combustibles, medicamentos y alimentos.
«Un modelo económico al límite»
El gobierno mantiene una política fiscal expansiva financiada con deuda interna, pero el PIB creció solo 0,73% en 2024. Organismos multilaterales proyectan un 1% para 2025, lejos del 5,1% prometido en el PDES. La inflación acumulada (2021-2025) supera el 6,33%, con un pico del 15,53% en el primer semestre de 2025.
Impacto en la ciudadanía
Los bolivianos enfrentan escasez de gasolina, diésel y medicamentos, junto a una brecha cambiaria del 87% (tipo oficial: Bs6,96/$ vs. paralelo: Bs13/$). El Banco Central de Bolivia (BCB) perdió reservas internacionales, y el poder adquisitivo cayó por la devaluación informal del boliviano.
Raíces de la tormenta perfecta
La crisis se gestó desde 2006 con un modelo estatista que priorizó gasto público sobre productividad. Durante la bonanza (2006-2013), los altos precios de exportación enmascararon desequilibrios. Tras agotarse esos ingresos transitorios, el déficit fiscal escaló (-12,7% en 2020), la inflación repuntó y la inversión privada se desplomó.
Sin margen para más parches
El gobierno carece de herramientas para revertir la crisis antes de las elecciones del 17 de agosto de 2025. Bolivia ocupa el puesto 164/176 en el Índice de Libertad Económica y es el segundo país más riesgoso para invertir en Latinoamérica. La solución requerirá reformas estructurales y control del gasto público.