Santa Cruz retoma clases con 147 casos de sarampión y modalidad mixta
370.000 estudiantes cruceños reinician actividades educativas bajo modalidad virtual en zonas de alto contagio y presencial en el resto. El departamento concentra el 84% de los casos nacionales de sarampión, con mayor riesgo para niños de inicial y primaria.
«Retorno con doble desafío: salud y conectividad»
Los ministerios de Salud y Educación ampliaron el receso invernal a tres semanas para frenar contagios. Distritos 1, 2, 3 y Plan 3000 de Santa Cruz, junto a La Guardia, Cabezas y Cuatro Cañadas, mantienen clases virtuales. “Los más vulnerables son inicial y primera parte de primaria”, destacó Raúl Ascarrúnz, director municipal de Educación.
Barreras tecnológicas y estrategias alternativas
Aunque el 80% de los distritos tiene cobertura de internet adecuada, los distritos 14 y 15 enfrentan graves limitaciones. Docentes implementan guías físicas, mensajes de texto y audios para garantizar continuidad educativa.
Vacunación infantil: la batalla pendiente
La resistencia de padres a inmunizar a niños de 5 a 9 años complica el control del brote. El Sedes y el Gobierno Municipal realizan capacitaciones para mostrar diferencias entre niños vacunados y no vacunados. “El recelo hacia las vacunas persiste desde la pandemia”, explicó Ascarrúnz.
Alimentación escolar: pagos por asistencia
El desayuno escolar, ahora extendido a secundaria, solo se entrega y paga en días de clases presenciales. Los contratos exigen verificación diaria de cantidad y calidad por parte de directores y padres. Una posible extensión del calendario obligaría a nuevos acuerdos con proveedores.
Un brote que supera fronteras
Santa Cruz reporta el 84% de los 175 casos nacionales de sarampión, enfermedad que reapareció en Bolivia tras años bajo control. La pandemia afectó las coberturas de vacunación rutinaria, debilitando la inmunidad colectiva.
Entre pupitres y pantallas
El éxito del retorno escolar dependerá de la contención del brote y la adaptación al modelo híbrido. Mientras las autoridades priorizan la vacunación, las desigualdades tecnológicas y la desconfianza parental siguen siendo obstáculos clave.