Tesla se convierte en la marca de coches eléctricos más odiada por los consumidores
Un 39% de los encuestados tiene una opinión negativa sobre Tesla, según un estudio reciente. La marca lidera el rechazo en el sector, vinculado a promesas incumplidas y al papel político de Elon Musk. La entrega de vehículos cayó un 14% en el segundo trimestre de 2025.
De admirada a rechazada: el declive de Tesla
Un informe de 2025 revela que Tesla ocupa el último puesto en popularidad entre 19 fabricantes de vehículos eléctricos, con un 39% de percepción negativa. Marcas como General Motors, Kia o Ford solo registran un 13% de rechazo. «La reputación de marca de Tesla continúa en declive», destaca el estudio, que señala una desconfianza del 48% hacia la compañía.
Promesas incumplidas y desinterés
El escepticismo de los consumidores surge por funciones no materializadas, como el Full Self-Driving (FSD), y por el enfoque político de Musk. El 50% rechaza su nuevo servicio de robotaxi en Austin, y el 53% duda de su seguridad tras accidentes con Autopilot. «Ya no muestran interés por las novedades de la marca», concluye el informe.
Accionistas piden cambios
El 61% de los accionistas exige que Musk deje de involucrarse en política y se centre en Tesla. Solo el 12% apoya su actividad gubernamental, mientras que el 43% considera positiva su salida de DOGE. La presión coincide con la caída de Tesla al puesto 95 en reputación, según la encuesta Axios Harris Poll 100.
De líder a cuestionado: el contexto
En 2021, Tesla era la novena marca más valorada en EE.UU., pero en 2024 cayó al puesto 65 tras el apoyo de Musk a Donald Trump. Su reputación se desplomó aún más con los recortes en DOGE, reflejando un patrón similar al de SpaceX. La entrega de vehículos ya muestra el impacto, con un descenso del 14%.
Confianza rota, futuro incierto
El estudio subraya que, sin recuperar la confianza de los consumidores, incluso el mejor coche eléctrico de Tesla no revertirá su crisis. La marca enfrenta desafíos legales por accidentes con Autopilot y una base de clientes cada vez más escéptica. Su recuperación dependerá de cambios estratégicos y alejarse de polémicas ajenas al sector.