INIAF defiende programa de palma aceitera pese a fracaso en meta inicial
Solo se sembraron 100 hectáreas de las 60.000 proyectadas. La Fundación Tierra denuncia falta de coordinación, mientras el INIAF atribuye el retraso al encarecimiento de semillas importadas. El programa se extiende hasta 2026 e incorporará cultivos nativos como totaí y soya.
«No es un fracaso, es un ajuste en marcha»
El INIAF, representado por su coordinador Sergio Noa, niega el fracaso del programa y asegura que aún hay plazo hasta 2026 para cumplir las metas. Sin embargo, reconoce que «la importación de semillas se encareció un 500%», pasando de Bs 15 a Bs 30 por unidad, lo que retrasó la siembra.
Críticas desde la Fundación Tierra
Juan Pablo Chumacero, director de la organización, afirma que «la iniciativa ha fracasado» al no superar las 100 hectáreas sembradas. Critica la falta de coordinación técnica y organizativa, ya que «la mayoría de plantines siguen en viveros».
Semillas importadas: el cuello de botella
El INIAF explica que la palma aceitera no es nativa de la región, lo que obliga a importar semillas desde otros continentes. La subida de precios y los trámites burocráticos complicaron el avance, aunque se plantea incluir especies locales como alternativa.
Un cultivo con retos desde el origen
El programa nació para impulsar biocombustibles en Bolivia, pero dependía de insumos externos. La palma aceitera requiere condiciones climáticas específicas y alta inversión inicial, factores que ya habían generado escepticismo entre pequeños productores.
El 2026 marcará la última palabra
Mientras el INIAF insiste en que el plan sigue vigente, la Fundación Tierra considera irreversible el incumplimiento. La adaptación con cultivos nativos podría ser clave para salvar los objetivos, aunque con resultados distintos a los planteados inicialmente.